Ni una cosa ni la otra. Cáceres no será «una fiesta desenfrenada» ni será «un cementerio». Con esta postura sobre la vida de la ciudad defendió este martes el alcalde Luis Salaya la fiesta nocturna que se organizará mañana en La Madrila para que los universitarios despidan el año. Precisamente, este mismo razonamiento comparten los vecinos, tampoco quieren que la ciudad se quede sin ocio nocturno, pero insisten en que este tipo de celebraciones multitudinarias no son compatibles con la convivencia de los vecinos y amenazan con acudir a los tribunales si no se respetan los horarios y se provocan molestias.

De esta manera volvió a responder la asociación vecinal a las declaraciones que hizo Salaya tras la polémica que ha generado el anuncio del traslado de la Nochevieja universitaria al centro. La autorización se ha concedido a varios hosteleros de la plaza de Albatros desde las 23.00 horas y hasta 00.10 horas para que instalen una pantalla gigante y hagan una simulación de las campanadas de fin de año con gominolas «de la suerte». En declaraciones a los medios, el alcalde reiteró que el ayuntamiento garantizará que la fiesta sea compatible con el descanso vecinal e insistió en que los hosteleros «están advertidos» de que la gente debe entrar en los locales una vez finalice la celebración. Recordó también que el permiso municipal es «solo» hasta las doce y diez de la noche y puso de manifiesto que la actividad consiste en tomarse las uvas de forma anticipada, «como se hace en otras ciudades y también en otras zonas de Cáceres». «Entiendo que puede haber recelo por lo que en otras épocas han sido muchas molestias pero no vamos a permitir que cualquier actividad se tenga que frenar por el riesgo de que haya ruido», puso de relieve.

Desde un principio la asociación vecinal insistió en su intención de materializar una queja formal, pero finalmente su posición será la de aguardar a que se celebre y acudir a la vía judicial si se incumplen los términos pactados. Así de tajante se mostró el presidente vecinal de La Madrila, Miguel Salazar, que sostiene que no existen «garantías». «Habría que preguntarle al alcalde cuando tenga a mil personas en la plaza cómo va a hacer para desalojarla en diez minutos», expone el representante vecinal. En ese sentido, lamenta que este último fin de semana, coincidiendo con las primeras fiestas navideñas, ya se han producido incidentes en el barrio relacionados con «espejos retrovisores rotos» y «papeleras fuera de su sitio». La postura vecinal es respaldada por la Asociación Regional contra el Ruido, que también mostró su disconformidad con la fiesta y se amparó para ello en la normativa de espectáculos. «Si durante el día no se pueden superar los 55 decibelios y por la noche 65, se va a incumplir la ley», exponen.

Cabe recordar que este anuncio se produce mientras los once hosteleros de la plaza de Albatros que fueron condenados por un delito de contaminación acústica cumplen su pena de prisión en Cáceres II tras un litigio que enfrentó a empresarios y los vecinos durante años.