El ayuntamiento será la institución que decida el terreno donde se ubicará el centro budista. Lo dijo ayer el alcalde, Luis Salaya, en declaraciones a este diario. El regidor confirmó que, efectivamente, se han ofrecido tres parcelas municipales a la promotora de la iniciativa, la Fundación Lumbini Garden, tal como publicó este periódico en su edición del martes. El mandatario añadió que tanto el presidente de esa institución, José Manuel Vilanova, como monjes budistas habían visitado una de ellas.

«Estamos en búsqueda activa del mejor terreno y el que menos problemas genere para poner en marcha el proyecto en las mejores condiciones posibles», enfatizó el alcalde. «Efectivamente se han visitado terrenos en estos últimos meses, como es normal», reiteró Salaya.

¿Dónde están esas parcelas? No hubo respuesta al secreto mejor guardado. La discreción manda y el alcalde no quiere «generar falsas expectativas» dando a conocer una ubicación sin que ésta se haya perfilado definitivamente. «Tenemos opciones, estamos viéndolas. Queremos un terreno que case urbanísticamente pero que case también con el proyecto», insistió Salaya.

«No vamos a adelantar noticias sobre las parcelas. En lo que esté en nuestra mano se adelantarán cuando solo quede una, cuando sepamos dónde va a estar ubicado el centro, sobre todo para no generar especulaciones. No es una cuestión de eso», enfatizó el regidor ante posibles filtraciones.

Sí dejó claro que la última palabra la tiene el ayuntamiento. «Cuando nos acercamos a una parcela que entendemos que puede servir para el proyecto, le pasamos la información a la Fundación Lumbini, y que valoren ellos. Hasta ahora no han puesto ningún problema a nada, pero la decisión será del ayuntamiento», insistió por dos veces. En cualquier caso se trata de entre 15 a 20 hectáreas de suelo rústico.

Salaya se refirió luego al viaje que José Manuel Vilanova realiza estos días a Birmania. «Está visitando distintos países asiáticos en los que busca recabar apoyos para el proyecto», confirmó. «Es una visita que efectivamente está siendo muy fructífera por lo que nos traslada», señaló.

El alcalde coincidió en lo manifestado el martes por Vilanova. «La iniciativa tiene apoyos suficientes para salir adelante, parece; y en eso andamos». Sí apuntó lo que ya ha dicho en otras ocasiones: se trata de un proceso lento. «Por poner los pies en tierra hay que decir que esto es un proyecto de años. No vamos a ver unas obras empezando en los próximos meses. Aquí el proceso tiene tanta importancia o más que la construcción».

De momento, Salaya está satisfecho. Desde que el templo budista se presentó oficialmente en la Feria Internacional de Turismo de Madrid (Fitur), la ciudad «está recibiendo frutos importantes». El alcalde se refería con ello a la presencia de Cáceres en medios de comunicación asiáticos. «Hemos aparecido en diversas publicaciones de todo tipo, sobre todo relacionadas con el budismo. Y se le da una difusión a la ciudad que no tiene precio, o que sí tiene precio pero que nunca podríamos pagarlo».

VIAJE / De momento las negociaciones marchan bien y el presidente de la Fundación Lumbini asiste este jueves en Yangón, la antigua capital de Birmania, al acto de bendición de una réplica del Buda de 40 metros que prevé instalarse en Cáceres. Se trata de una pieza de dos metros de altura, esculpida en jade y valorada en 300.000 euros, que se depositará en el lugar donde se levante el templo y que estará allí durante toda su construcción.

El acto lo organiza la Cámara de Comercio de Magwya, cuya presidenta es también la presidenta de la Asociación Budista de Birmania. A él acudirán igualmente los ministros de Turismo y Religión del gobierno birmano, así como el embajador de Nepal y destacados empresarios.

La ceremonia estará presidida por Sitagu Sayawa, máxima autoridad religiosa de Birmania y uno de los cinco mayores gurús budistas del mundo, «al nivel de un Dalai Lama», destaca Vilanova. «Este monje budista -que ha mantenido encuentros con representantes mundiales como el expresidente americano Obama- tiene más autoridad que la presidenta del gobierno».

Vilanova dejó claro que la ceremonia implica el apoyo económico del gobierno de Birmania y de los monjes al proyecto de Cáceres, cifrado en 25 millones de euros. «El clero birmano tiene fondos suficientes para levantar el templo. Pueden patrocinarlo completamente y están valorando hacerlo en su totalidad, por eso la comunidad religiosa quiere ver un proyecto de paz, no de discordia. De ahí la importancia de que todos los políticos cacereños estén de acuerdo o, de lo contrario, la iniciativa se irá a otro lugar y se esfumará», concluyó.