El alcalde, Luis Salaya, expresó ayer su preocupación por que los partidos políticos municipales «se intoxiquen del tono del debate nacional» y que esto deje al ayuntamiento sin presupuestos para 2020. Si se da esta circunstancia, Cáceres se enfrentaría a una situación anómala de tener un mismo presupuesto prorrogado durante dos años más. Las cuentas de 2018 se tendrían que alargar también al ejercicio de 2020 si Salaya y su gobierno (PSOE) no tienen apoyos suficientes para sacar las cuentas que elaboren para el próximo año. En las últimas tres décadas, solo un presupuesto, el del año 2009, tuvo que valer para tres ejercicios (2009, 2010 y 2011) con sus correspondientes modificaciones. Fue durante la segunda mitad del mandato de Carmen Heras, cuando su gobierno quedó en minoría tras salir del mismo IU.

Salaya hizo ayer balance de sus primeros cien días al frente del gobierno. Pero la primera piedra de toque importante vendrá con la tramitación de los presupuestos. Por eso la importancia de este documento y la reflexión que ayer hizo. Con las cuentas que presenten para el próximo año será la primera vez que el gobierno local se enfrentará en lo que va de mandato a una cuestión de relevancia que le obligará a contar con el respaldo de uno o dos grupos políticos de la oposición.

El alcalde hizo ayer una llamada a los grupos políticos municipales para que «se abstraigan» de lo que está pasando con sus partidos a nivel nacional y «piensen que Cáceres lleva un año sin presupuestos y que tiene que haber otro» distinto para 2020. «El nuevo gobierno local -añadió el regidor- tiene derecho a un primer presupuesto para poder demostrar lo que puede hacer».

Salaya recordó lo que él mismo hizo en diciembre de 2015, cuando Elena Nevado llevaba al pleno de la corporación el primer presupuesto de su segundo mandato como alcaldesa. Entonces el grupo municipal socialista liderado por Salaya se abstuvo para que las cuentas saliesen adelante. Aunque fue una decisión in extremis, en el pleno de la corporación y cuando el gobierno local de Nevado daba por hecho que los presupuestos que llevaban no se aprobarían, Salaya presentó enmiendas en la misma sesión y su aceptación por el grupo municipal del PP provocó la abstención del PSOE y la aprobación de los presupuestos de 2016.

El alcalde detalló que entonces su grupo optó por «desatascar» los presupuestos «con nuestra abstención» y añadió que la explicación fue «que un nuevo gobierno tuviera un primer presupuesto para trabajar».

APOYOS / El gobierno de Salaya solo necesitaría el apoyo de un grupo si cuenta con el respaldo del PP o de Cs. De los populares es difícil que lo tenga por lo ocurrido con las cuentas de 2017, 2018 y 2019, en las que el PP en el gobierno no tuvo el voto del PSOE en la oposición (la excepción fue el caso de 2016 al que se refirió Salaya). El apoyo de Ciudadanos es más factible, fue el partido bisagra para el PP en el anterior mandato y lo puede ser del PSOE en este periodo, aunque hay un primer punto de fricción: Cs quiere bajar los impuestos, algo a lo que los socialistas no están dispuestos. Para aprobar los presupuestos con los votos de Unidas Podemos se necesitaría el apoyo de un tercer partido. Y lo mismo pasa con Vox en el caso de que se busque el respaldo de esta formación política para sacar las cuentas.

La ley de racionalización y sostenibilidad de la administración intentó dar una salida a las corporaciones locales para evitar que estuvieran dos años seguidos con el presupuesto prorrogado. En 2013 introdujo una disposición adicional en la ley de bases de régimen local que permitía a las juntas locales de gobierno la aprobación de los presupuestos si no se lograba la mayoría suficiente en el pleno de la corporación municipal. Esa disposición está anulada tras sentencia del Tribunal Constitucional.

Cuando se prorroga un presupuesto no lo hacen la totalidad de sus créditos, no todas las partidas se pueden alargar un año más. Las cuentas de 2018 contaban con créditos por importe de 69,5 millones de euros, pero en el año 2019 sólo se pudieron prorrogar créditos por valor de 62,2 millones. Los capítulos de inversiones y de transferencias son los más afectados por las prórrogas presupuestarias.

Del balance de ayer, Salaya citó diversas acciones realizadas en participación ciudadana, sostenibilidad, en este punto aseguró que «nunca más un proyecto como el de Alzapiernas», infraestructura, turismo o cultura, de este último campo de gestión aseguró que «aún no ha habido un fin de semana sin programación cultural pública». «Es una nueva forma de gobernar en la que el ayuntamiento está dispuesto a contactar con la ciudadanía», resumió Salaya, que añadió que la forma «fácil de haber afrontado estos cien días era la de anunciar grandes proyectos y dejar que nuestra sociedad y el ayuntamiento se siguiesen deteriorando». En su intervención, Salaya aseguró que hay «una comunicación permanente» con la Junta y su presidente, Guillermo Fernández Vara.

Entre los anuncios que hizo ayer, el alcalde aseguró que se ha encargado a los técnicos del ayuntamiento la redacción de un proyecto «para la recuperación del edificio del mercado de la Dehesa de los Caballos» para que se convierta «en un espacio polivalente». En cuanto a la financiación para acometer esta reforma, el alcalde aseguró que primero se ha encargado el proyecto «y luego buscaremos financiación» para una actuación que será «prioriotaria en la legislatura».