Primer día laborable de la nueva legislatura en el Ayuntamiento de Cáceres, y primera jornada de actividad frenética. El nuevo alcalde, Luis Salaya (PSOE), reunió ayer a los nueve ediles del Grupo Municipal Socialista para determinar el reparto de las distintas concejalías, que podrían conocerse a partir de hoy. Tan solo ha trascendido que el área de Cultura será para Fernanda Valdés. También por la tarde, Salaya tenía previsto citar personalmente a los portavoces del resto de grupos (PP, Ciudadanos, Unidas por Cáceres y Vox), a fin de iniciar una ronda de contactos «para valorar entre todos qué legislatura queremos».

El nuevo alcalde es consciente de que gobernará en minoría con 9 ediles, puesto que la corporación suma 25 (7 del PP, 5 de Ciudadanos, 3 de Unidas por Cáceres y 1 de Vox). Por eso, desde su investidura el pasado sábado, ha abierto las puertas al diálogo con los distintos grupos y no se ha mostrado cerrado a ninguna fórmula, incluida la coalición que estuvo a punto de sellar con Ciudadanos (Cs) el día previo a su investidura, y que volvió a subrayar el sábado que era su primera opción. «Vamos a ver entre todos en qué términos queremos que se plantee la legislatura», dijo ayer Salaya.

«APOYOS PUNTUALES» / No obstante, Cs ha venido reiterando en las últimas 48 horas su decisión de no entrar en ninguna coalición y pasar a la oposición, tras los dos pactos fallidos el pasado viernes con PP y PSOE. Ayer mismo, su portavoz, Francisco Alcántara, volvió a ratificarse: «Cs ha decidido ir a la oposición, pero dentro de esa oposición leal y constructiva con la institución estamos dispuestos a ofrecer apoyos puntuales a las cuestiones necesarias para Cáceres, y coherentes con nuestro programa», matizó. «No somos personas de ir cambiando en dos días de opinión», reiteró, descartando un pacto de gobierno.

Preguntado ayer de nuevo por esta posibilidad de tender la mano a una coalición con Cs, el alcalde socialista no lo negó, «porque ésta ha venido siendo nuestra oferta en firme no para llegar a la alcaldía, sino para conseguir una buena gobernabilidad, porque entendíamos que era lo más razonable para Cáceres». Vista la posición de Cs, Salaya toma nota pero quiere mantener su apuesta por el «diálogo» y la «colaboración» a «todos» los partidos. «No estoy pidiendo una oposición blanda, no tengo derecho porque yo no lo he hecho durante estos años, pero sí he liderado una oposición constructiva y contundente, y es lo que me gustaría del resto de partidos», subrayó.

LEGISLATURA «CRUCIAL» / Pero sobre todo, el nuevo alcalde reiteró que «entre todos tenemos que decidir en qué términos queremos que se desarrolle la legislatura, porque es una legislatura crucial para Cáceres. Conseguiremos que vaya bien en tanto en cuanto seamos capaces de trabajar unidos todos los partidos». «Y yo insisto --agregó--, que existe en el Ayuntamiento de Cáceres una generación de políticos que puede hacerlo». Con este convencimiento ayer mismo comenzó a citar a cada uno de los partidos para empezar los encuentros de forma inminente.

Todo ello en aras a la palabra mágica del nuevo Gobierno municipal: estabilidad. «Guillermo Fernández Vara decía que hay que votar a quien darías las llaves de tu casa, pues con los empresarios pasa algo parecido: establecen su empresa en el ayuntamiento al que le darían las llaves de su negocio, y eso debemos conseguirlo en Cáceres: si hay estabilidad política, si hay paz social para sacar adelante los proyectos, vamos a ser capaces de atraer más empresas que si damos sensación de inestabilidad», argumentó ayer el nuevo alcalde ya en su despacho, a preguntas de este diario.

La jornada fue intensa. Luis Salaya llegó ayer a ese despacho a las 7.45 de la mañana caminando desde su domicilio en Montesol. Lo hizo pronto para poder organizarse en el nuevo espacio antes de comenzar a tramitar los asuntos administrativos más urgentes, según él mismo relató, y luego continuar tomando las primeras decisiones de peso. A media mañana hizo una pausa para hacer efectiva una de sus prioridades: saludar a todos los funcionarios de los tres edificios municipales del entorno de la Plaza Mayor y del Palacio de la Isla, un itinerario que retomará estos días por otros edificios donde se reparten los trabajadores del ayuntamiento. «Quiero ponerme a su disposición y escucharles. Si pretendemos hacer cambios reales, solo lo podemos conseguir con su complicidad. Nos hemos encontrado muchísimos funcionarios con ganas de mejorar este ayuntamiento», relató.

NOMBRAMIENTOS / También fue una mañana de numerosas llamadas de los medios de comunicación. Un no parar. Por eso, Salaya quiere comenzar a resolver los nombramientos de confianza (prensa, jefe de gabinete...) que ayuden a organizar la exigente agenda diaria. De hecho, en el ayuntamiento se nota que los asesores han hecho sus maletas y hay espacios vacíos a la espera de las nuevas designaciones y de los concejales con áreas delegadas. No es ni mucho menos la imagen habitual de este edificio.

En la necesidad de ir coordinando el trabajo, Salaya también ha querido reunir a todos sus concejales a fin de asignarles sus responsabilidades. Ahora mismo todo se acumula en la mesa de alcaldía y es prácticamente inabarcable. Los ediles socialistas Mari Ángeles Costa, Jorge Villar, María José Pulido, Andrés Licerán, Fernanda Valdés, José Bello, Paula Rodríguez y David Santos se repartirán las áreas, que Salaya puede distribuir a su criterio. Por la mañana confesó «tener ya claras» algunas delegaciones, pero aún no todas, por lo que quería compartir las decisiones con su equipo ya por la tarde.

Sin duda, otra señal que indica que Luis Salaya estaría ya decidido, o abocado, a gobernar solo con su equipo de concejales. El pasado viernes llegó a anunciar un acuerdo con Cs al que le cedía cinco áreas, incluida Economía y Hacienda, pero no fructificó por el nuevo intento de Cs de pactar ese mismo día con el PP. En el PSOE el malestar es evidente aunque saben que conviene un gobierno estable. Esta semana comenzará a conocerse la disposición de los partidos, pero la legislatura, seguro, no será fácil.