Salvar un patrimonio en peligro. El traslado del archivo provincial al edificio del Banco Simeón se ha convertido en una asignatura pendiente que quedará resuelta este verano. Ubicado desde el año 1980 en el Complejo Cultural San Francisco, cuenta con una superficie de 560 metros cuadrados y más de dos kilómetros de estanterías. Tuvo como primera sede los bajos del palacio de la diputación --el antiguo convento Santa María de Jesús, del siglo XV--.

El oficial Leopoldo Hurtado Pérez fue nombrado en 1875 como primer archivero. Sin embargo, hasta 1919 la diputación no decidió crear la plaza de archivero, que ocupó José Blázquez, licenciado en letras por la Universidad de Salamanca.

Le sucedió en este trabajo en 1933 Fernando Marcos Calleja, licenciado en Filosofía y Letras y profesor del instituto El Brocense, que ejerció la doble función de bibliotecario y archivero. Desde julio del año 1972, Antonia Fajardo desempeña el cargo.

Los fondos del archivo son de gran valor patrimonial ya que contienen la documentación generada por la diputación desde su creación en 1835. Incluye documentos de organismos de ámbito provincial de la administración con los que ha estado vinculada la diputación, además de fondos legados por personas procedentes de otros organismos y entidades o bien comprados. La sede del Simeón les espera para mantener viva la historia.