Cinco semanas restan aún de las obras de la calle San Antón, que comenzaron a principios de septiembre. Deberían acabar esta semana, sin embargo aún falta por terminar de renovar la red de abastecimiento y saneamiento de la calle. Tampoco ha finalizado la obra de la calle Comandante Sánchez Herrero, en la que también se lleva a cabo la renovación de las tuberías, pero en este caso la calle no está cortada.

Las vías que también han abierto son Clavellinas y Parras, por lo que los vehículos pueden acceder al párking de Obispo Galarza a través de ambas calles. Sin embargo los que aún no pueden hacerlo son los autobuses, que tienen que desviarse por plaza de Italia.

Comerciantes, hosteleros, peatones, taxistas y conductores están molestos con la actuación porque les impide realizar su trayecto con normalidad. Los más afectados son los propietarios de los negocios, quienes aseguran que desde que la calle está levantada entran menos clientes y, por tanto, las ventas han disminuido. Los empresarios se quejan también de los ruidos y de la suciedad que generan, sobre todo las tiendas de ropa y complementos, que se han visto obligadas a mantener las puertas cerradas y aseguran que se pasan el día limpiando mostradores y escaparates.

RECOGIDA DE FIRMAS Cuando comenzó la obra, con una inversión de 171.823 euros, los comerciantes recogieron firmas para exigir que se señalizaran las alternativas de acceso a Obispo Galarza. Participaron empresarios de San Antón, San José y Pintores.

Para los peatones la actuación también es incómoda. En este caso protestan porque para cruzar de los pares a los impares de la vía necesitan llegar hasta los extremos de la misma, es decir, esta acción solo puede realizarse desde el edificio de la Chicuela y desde la esquina con la calle Parras. "Debían haber puesto un paso para cruzar en mitad de la calle. Es muy incómodo", dice Baltasar Lorenzo, que salió ayer a pasear.

Esto último, aseguran los comerciantes, también es un inconveniente para ellos porque los clientes solo entran en los negocios del lado de la calle por el que circulan porque no pueden cruzar enfrente. Es el caso de la cafetería Gran Teatro. "Cuando el fin de semana sale la gente del teatro ya no vienen a este establecimiento, primero, porque con las obras no se ve el local, y segundo porque para acceder a él tienen que dar un gran rodeo e irse hasta el final de la calle", explica uno de los empleados, Lorenzo Agúndez.

TRASTORNO PARA COCHES Taxistas y conductores también critican los trabajos de mejora de abastecimiento y saneamiento. Coinciden en la incomodidad de tener que dar la vuelta por Comandante Sánchez Herrero y plaza de Italia para acceder, por ejemplo, a la plaza de toros. Además indican que el tráfico es ahora más caótico porque se acumulan muchos vehículos en el mismo espacio y hay más problema para aparcar. "El cliente no se queja porque conoce la situación, pero para nosotros es un trastorno grande", explica el taxista Diego Pérez, desde la parada de la avenida de España.