El barrio de San Antonio estuvo ayer de fiesta, se celebraba el día de san Antonio, y sus vecinos quisieron festejarlo por todo lo alto. A la misa tradicional que se ofició hacia las diez y media de la mañana, le siguió la inauguración del nuevo museo abierto en las instalaciones de la ermita.

Decenas de personas se congregaron en la parroquia, a pesar del calor que apretaba a esas horas --el termómetro ya marcaba los 31 grados-- para escuchar la misa en honor a su santo, el patrón de los pobres y del amor. De hecho, el abanico fue el mejor amigo de muchos de los asistentes. La celebración estuvo arropada por la alcaldesa de Cáceres, Carmen Heras acompañada por la concejala de Asuntos Sociales, Marcelina Elviro. También estuvieron presentes la presidenta del Partido Popular en Cáceres, Elena Nevado y los concejales Joaquín Rumbo y Luis Fernando Gallego.

Tras finalizar la eucaristía todos los vecinos y demás asistentes pudieron por fin visitar el interior del museo de la ermita, acompañados por Santos Benítez, el hijo de la mayordoma María del Pilar Floriano, uno de los impulsores del mismo. "Los Floriano siempre han sido los mayordomos de esta ermita, el hecho de que se inaugure este museo supone una manera de poner en valor la historia de esta ermita del siglo XV, supone una manera de mostrar al público los objetos guardados durante siglos en esta parte judeo-cristiana de la ciudad".

Los vecinos mostraban su alegría ante la apertura de este museo que formará parte del recorrido turístico del barrio judío. "Estamos muy contentos de que se abra el museo en una de las zonas más antiguas de la ciudad, eso atraerá a los turistas", decían muchos de los residentes del barrio. Heras mostró también su satisfacción ante "la restauración de un arte de culto como es este", dijo, y sobretodo, añadió "que se haya hecho con la participación de la Universidad Popular, se han restaurado las raíces de Cáceres, todo esto es historia".

En las vitrinas pueden verse un cáliz, candelabros, un sonajero de plata, floreros, una corona y los trajes para niños que fueron bordados en oro y plata. Podrá visitarse todos los días del año en horario de mañana y de tarde. Para entrar, basta solo con llamar a la santera, encargada de su mantenimiento, Visitación Avila, que vive en la puerta de al lado del templo, en el número 5 de la calle.