La ermita de San Benito celebró ayer el primer aniversario desde la recuperación del templo y su incorporación en la red turística municipal. Para ello, el párroco de Aldea Moret, Miguel Angel González, ofició una eucaristía para los asistentes. Después, se llevó a cabo una barbacoa a modo de romería para disfrutar de una bonita jornada de cumpleaños. Y es que la rehabilitación de esta ermita, situada en el interior de la urbanización Ceres Golf, ha sido muy esperada por los cacereños, ya que data del siglo XV y llevaba años prácticamente derruida e inutilizada.

Cerca de una treintena de personas se acercaron a festejar el momento, a pesar de que la zona de fuera de la ermita se encontraba precintada debido a que se ha sembrado césped para hacer más vistoso el exterior del templo religioso. San Benito era el patrón de Europa, pero recibió una gran devoción en Cáceres, donde llegó a tener tres ermitas, de las que sólo permanece la de Ceres Golf. Las otras se encontraban en la plaza Mayor y en la calle que lleva su nombre, junto a la plaza de la Audiencia. La de Ceres Golf data del siglo XV. En el ábside existen frescos del XVII que representan a San Francisco, la Piedad, San Cristóbal y la Resurrección.

San Benito no es la única ermita que se ha reformado en el último año, también se llevó a cabo el arreglo de La Soledad, aunque la diferencia entre una y otra es que el precio de la primera fue costeado por fondos públicos a través de una escuela taller de la Universidad Popular, y el de la segunda con dinero recaudado desde la propia cofradía.

ESCUELA TALLER La de San Benito fue arreglada con 2,3 millones de euros aportados por la Junta --a través del Fondo Social Europeo y el Sexpe--, el Ayuntamiento de Cáceres y la empresa Progemisa. La rehabilitación se llevó a cabo mediante dos escuelas taller de la Universidad Popular en las que participaron 145 alumnos quienes, además de reconstruir la ermita a imagen y semejanza de como lucía en la antigüedad, recuperaron parte de los frescos de las paredes, situados cerca del altar y la pila bautismal. Durante la recuperación del espacio religioso, los participantes aprendieron oficios de albañilería, acabados de construcción, cantería, carpintería y jardinería.

SANTO VITO No ha corrido tanta suerte la ermita de Santo Vito, situada en la barriada de San Blas, justo en la rotonda del matadero. Su estado es deplorable: tiene dañada la estructura, el interior y está plagada de pintadas de los grafiteros. El párroco de la barriada, Antonio Pariente, encargó un proyecto de reforma que fue cifrado en 300.000 euros, pero aún no se ha encontrado la fórmula para financiarlo.