El barrio de San Blas celebró ayer la fiesta de San Vito con una eucaristía en su honor y una procesión. Los actos tuvieron que realizarse de nuevo en la parroquia de San Blas, debido a que la ermita de Santo Vito, en estado ruinoso, aún está a la espera de que comience su rehabilitación, proyectada a través de una escuela taller.

La celebración, a la que asistieron 200 personas, contó con la música del coro parroquial y, tras la procesión por las calles de San Blas, la asociación de vecinos repartió de forma gratuita 400 roscas de anís, patatas, frutos secos y ponche, según explicó a este diario el párroco de San Blas, Antonio Pariente.

La festividad de San Vito fue recuperada el año pasado después de que dejara de celebrarse hacia 1920 por la desaparición de la cofradía y el declive de la ermita. "La ermita hay que recuperarla porque es el patrimonio de la ciudad, pero somos conscientes de la situación económica que existe en estos momentos y ahora el dinero hay que destinarlo a las familias que lo están pasando mal de la ciudad", dijo el párroco, Antonio Pariente.