Este sábado, 3 de febrero, los cacereños tienen nueva cita con San Blas, una romería organizada por la parroquia, la asociación vecinal y el ayuntamiento (también colabora Caja Extremadura) y para la que este año se han preparado 6.000 roscas (a 0,80 euros) --con sus respectivos cordones (a 0,50)--, 100 kilos de chuletas y 150 litros de ponche, según se avanzó ayer en la presentación de esta popular festividad que durante los últimos años ha vuelto a tener tanto auge que el equipo de gobierno, a través de la Concejalía de Cultura, estudia ya la posibilidad de declarar fiesta local el 3 de febrero, o al menos la tarde del día 2 como siempre fue tradición en Cáceres.

La de San Blas es una fiesta que se remonta a finales del siglo XVI, fecha en la que aparecen los primeros documentos en los que el párroco de Santiago solicitó permiso al obispado para oficiar la misa en la calle, dada la cantidad de devotos que se reunían en torno al santo, famoso por sus curaciones de garganta. La tradición tuvo gran importancia en la ciudad hasta bien entrado el siglo XX, aunque su eliminación del calendario festivo cacereño y su traslado al sábado más cercano al 3 de febrero originó cierta confusión entre los cacereños y causó un descenso importante de público. Pese a todo, la romería nunca ha llegado a desaparecer.

Aunque el ayuntamiento solo presentó ayer los actos de San Blas, lo cierto es que esta fiesta siempre ha ido indefectiblemente unida a la de las Candelas, cuya celebración se remonta 300 años atrás y que tuvo gran auge en los 80 --incluía el canto de coplas tradicionales a la Virgen, siempre vinculada a la luz y a la lluvia--. Históricamente las Candelas han servido como preámbulo a la gran romería de San Blas, una costumbre que aún se mantiene.

De hecho, hoy por la tarde está prevista la típica mesa de ofrendas a las puertas de la ermita de las Candelas, donde se subastan dulces y se inicia la venta de roscas (el año pasado se ofrecieron 800 a 70 céntimos). Será a las 18.00 horas, tras la misa de 17.30. Ambos actos marcan tradicionalmente el inicio del calendario festivo de Las Candelas y San Blas, que continúa mañana a las 11.30 con la procesión de La Candelaria desde su ermita (situada en la calle San Ildefonso --entre Santa Clara y San Francisco--) hasta San Mateo, iglesia titular de la que depende este templo menor, donde se oficiará una misa, a cuyo término la imagen regresará de nuevo a la ermita. El desfile procesional, previa bendición de velas, suele reunir a entre 100 y 200 personas. Ese mismo día por la mañana alumnos del Diocesano, Delicias y Extremadura acudirán a honrar a San Blas.

Tiempo atrás Cáceres celebraba ese 2 de febrero por la tarde la romería de San Blas, (la tarde era fiesta local) y el día 3, día de San Blas, se desarrollaba la procesión del santo por la mañana. Ahora las cosas han cambiado y, este año el día 3 es la romería y el 4 de febrero, domingo, a las doce del mediodía, se celebra la misa del santo y la posterior procesión por los alrededores de la ermita de San Blas, un acto igualmente típico que ha querido retrasarse un día más para evitar hacerlo coincidir con la romería, a la que se espera que acudan, si el tiempo acompaña, miles de personas.

NovenaEl concejal de Festejos, Lázaro García, el presidente de la Asociación de Vecinos de San Blas, Juan Antonio Hernández, y el párroco de San Blas, Antonio Pariente, destacaron ayer el auge de la romería. Recordaron que los cultos religiosos se iniciaron el 26 de enero, con la celebración todos los días, a las 19.30, de la novena, aunque el día central del programa es este sábado.

Hernández explicó que la asociación tiene un presupuesto de 1.000 euros (entre aportación propia y municipal), un dinero con el que se ofrecen las chuletas y el ponche. Además, se sorterán regalos entre quienes vistan trajes regionales; los niños que porten atuendo tradicional recibirán un obsequio seguro.

Por su parte, Antonio Pariente indicó que desde las 12.00 del día 3 se podrán retirar las roscas y los cordones. Habrá mesa de ofrendas, la tradicional venta de coquillos o la tómbola y rastrillo parroquial, que se celebrará por la tarde, igual que la colocación de una placa de metacrilato con una leyenda sobre el origen del templo, similar a las que están instaladas en los edificios de la ciudad monumental, y que será descubierta por el alcalde.