Vicente Granado, sacerdote de la parroquia San Mateo, ha llevado a cabo por segundo año un proyecto en el que ha reunido a 35 niños inmigrantes. El objetivo del curso, que cerró a finales de junio, es la integración social de los niños foráneos en la ciudad. Este año ha aumentado el número de niños y ha habido 40 voluntarios, principalmente universitarios. De cuatro de la tarde a ocho y media, los voluntarios impartían actividades de educación de valores, educación sanitaria y habilidades sociales.

A los niños mayores de 8 años, se les ayudaba en las tareas escolares y en el refuerzo del castellano. A los más pequeños, manualidades, juegos dinámicos y de valores.

Este año la parroquia ha iniciado un nuevo proyecto, una escuela de madres inmigrantes, en total 17, con el fin de reforzar el apoyo a los niños. A las mujeres se les daba lecciones referentes a cocina, al idioma, a la higiene, y a buscar vivienda y trabajo.

Los niños pertenecen a muchas nacionalidades, como Argelia, Ecuador, Colombia, Marruecos, Argentina, Gambia, Angola y Rumanía.

El curso comienza de nuevo en septiembre, para reforzar las tareas del colegio.