Las lágrimas de Alberto Amarilla y Sancho Gracia anoche sobre el escenario del Gran Teatro quedarán para el recuerdo. Los dos actores --Alberto Amarilla, joven, cacereño y un recién llegado al cine español y Sancho Gracia, maduro, madrileño y un actor indiscutiblemente consagrado-- fueron dos de los diez galardonados con los premios San Pancracio, entregados en la gala que clausuró el XII Festival de Cine Español de Cáceres, organizado por la asociación Re Bross.

Si algo tuvo la gala fueron lágrimas. Las de Alberto Amarilla al recoger el galardón Uno de los nuestros por su encarnación del padre Andrés en Mar adentro , contagiaron al público, que para eso era paisano. Su profesor de teatro en la ciudad, Leonardo, que le entregó el premio tras un efusivo abrazo de padre e hijo, tampoco pudo contener las emociones.

Aventuras

Al poco tiempo llegaron las lágrimas de Sancho Gracia. Las de Amarilla podían preverse. El primer premio como actor y en su tierra, emociona sin duda. Pero las de Gracia, el Curro Jiménez de tantas aventuras y el actor rescatado para el cine por Alex de la Iglesia en 800 balas , y que firmó toda la noche autógrafo tras autógrafo y posó para quien quiso fotografiarse con él, dejaron descolocado al público por inesperadas. Y es que, este intérprete acumula ya más de 300 premios y verlo emocionarse en Cáceres --"una ciudad por la que siento devoción", decía por la mañana-- por un San Pancracio (premio a Toda una vida ), choca.

Después de las lágrimas, vinieron las risas. Alberto San Juan expresó su emoción al recibir el premio por la película Horas de luz con una risa nerviosa y apenas controlable, que le trastocó en algún momento el hilo de sus agradecimientos. Sin duda, encandiló al patio de butacas y cuando salió del escenario tenía un grupo de fans esperándole para una sesión de fotos a la que se prestó con su mejor sonrisa y pose de actor.

Por el escenario subieron otros premiados: Pedro Olea, por su trayectoria cinematográfica, recordó su paso por Cáceres cuando la convirtió en Roma para La leyenda del cura de Bargota ; el director Miguel Albaladejo, por Cachorro , o la jovencísima Marta Etura por La vida que le espera .

Hubo muchos agradecimientos a los padres y hasta ruegos, como el del premiado crítico de cine Enrique Pérez, colaborador de este periódico, que pidió mimar el festival cacereño y los premio. Otro ruego: el de Ana González, premio Pasión por el cine, que instó a acercar este arte a las aulas.

La gala, en fin, estuvo a la altura de un público entregado y hasta distinguido --la ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, el alcalde de Cáceres y el director de Promoción Cultural, el director de Días de cine , Antonio Gasset y el director David Trueba--. Las actuaciones musicales de Aldana´s band, los Funkenstein o el ballet del pacense Jimmy Roca, entre otras o el humor improvisado de quienes entregaron algunos galardones, como Toni López, de la Fundación Ipiranga, o del presentador, Juan Antonio Lumbreras, ofrecieron una gala sin el glamour de la de los Oscar o los Goya, pero con la autenticidad y frescura de lo que se hace por pura pasión.