El Complejo Arqueológico Cacereño ha sido calificado de extraordinario por disponer de varias grutas y yacimientos al aire libre que permiten investigar la vida y la evolución del hombre a lo largo de distintos periodos de la Prehistoria, es decir, durante centenares de miles de años. Por ello se integra en el grupo de los cinco yacimientos más importantes de Europa según el equipo Primeros Pobladores de Extremadura.

De todos los espacios, la cueva de Santa Ana se ha convertido en la niña bonita durante los últimos años, puesto que han aparecidos sedimentos y objetos de valor excepcional: bifaces del periodo Achelense (de hasta 800.000 años) únicos en España junto con los de Atapuerca. Pero la importancia de esta gruta va incluso más allá: los investigadores podrían llegar a confirmar que la cueva ya fue ocupada hace alrededor de un millón de años, cuando vagaban por Europa las primeras comunidades humanas.

En 2011, los expertos de Primeros Pobladores (proyecto dirigido por Antoni Canals y Eudald Carbonell) localizaron 20 bifaces y lascas con el mejor estado de conservación de Europa. En ellos se pueden estudiar sorprendentemente las trazas de uso, es decir, la materia sobre la que fueron utilizados e incluso reconstruir los gestos de los homínidos. Eso solo es posible en el 1% de los casos. Además, se trata de la única gruta de la Península con sedimentos superpuestos de las culturas Oduwalense, Achelense y Musteriense (1.000.000-30.000 años). Dicho de otro modo, hace posible estudiar las tres etapas de evolución técnica del Paleolítico Inferior y Medio.

Sin embargo, no existe un plan continuado de excavaciones porque desde 2006 no se financian estos trabajos en el Calerizo. Los científicos han lamentado en más de una ocasión el especial cuidado a una parte delimitada de la historia, como es la Ciudad Monumental, mientras se deja el resto, en esta caso la Prehistoria y todo lo que queda por descubrirse.