Sin miedo a la lluvia, que respetó al menos la procesión, los vecinos de Aldea Moret volvieron a celebrar ayer la romería de Santa Lucía, como hacen cada segundo domingo de mayo, después del Día de la montaña, desde hace ya varios decenios. Sí variaron algo el programa que suelen seguir en esta fecha tan señalada, pues la previsión de precipitaciones hizo que la misa, que tradicionalmente se celebra en las inmediaciones de la ermita, tuviera que realizarse dentro. "Tendremos que estar un poco más apretados", se resignaba Miguel Angel González, uno de los párrocos de San Eugenio.

La eucaristía, a la que asistió la alcaldesa de la ciudad, Elena Nevado, además de otras autoridades municipales, comenzó, finalmente, a las doce. En torno a trescientas personas se dieron cita en el emblemático templo, aunque no todas pudieron entrar a la misa. "Los documentos más antiguos que hemos logrado reunir sobre la existencia de la ermita se remontan a 1522, donde ya se habla del camino que va a Santa Lucía", recordó el propio González, que también afirmó que la romería no se limita a la población del barrio minero, sino de todos los cacereños "porque es mucho más antigua que la construcción de esas casas". Dijo también que hay culto ininterrumpido desde hace cuatro siglos, "aunque en diciembre, por el día de Santa Lucía. Esta de primavera es un poco más nueva".

La romería se complementó, además, con una tómbola y la venta de dulces típicos extremeños, muchos de ellos caseros. "Tenemos un taller dentro de la parroquia y llevamos cartas a los establecimientos para que colaboren. Nosotros vamos después a recoger las cosas", contó María Santano, una de las organizadoras de la actividad. En total, ayer contabilizaron más de 500 papeletas, cuya recaudación servirá para sufragar los gastos de la parroquia.

Tras la misa, los feligreses pudieron disfrutar después de la procesión, cuya celebración fue duda hasta última hora por la lluvia, lo mojado del terreno y la nueva restauración a la que ha sido sometida la imagen. Durante más de media hora, los fieles acompañaron a Santa Lucía por los terrenos aledaños a la ermita. También se montó un chiringuito para que los romeros pudieran comer y beber mientras acompañaban a la imagen.