La romería de Santa Lucía se desmorona por primera vez desde el siglo XIX. El propietario de los terrenos en los que se encuentra la ermita se niega a que los vecinos celebren barbacoas, circulen y aparquen sus coches por la finca e instalen chiringuitos. Así de rotundo se muestra a tan solo unos días de la celebración del evento, que tendrá lugar el próximo domingo día 9 de mayo. Lo que sí podrán hacer los fieles será subir a pie hasta la ermita para ver a su Santa, pasar el día en el campo, vender las rosquillas y hacer la tómbola (dentro de la ermita) y almorzar comida precocinada. Pero eso sí, siempre que lo dejen luego en perfecto estado porque si no el dueño pedirá responsabilidades al obispado.

El pasado mes de diciembre el nuevo propietario de los terrenos que rodean a la ermita valló el único acceso por el que los vecinos pueden subir al templo y entonces saltaron las alarmas. Según parece la polémica del camino que el propietario cerró está aclarada. A pesar de que el dueño asegura que "sus documentos acreditan que ese camino no es público", permitirá pasar, al menos de momento, a los vecinos. Así que el vallado y el cerrojo continúan pero el propietario abrirá la puerta (previa llamada telefónica del párroco) cada vez que quieran subir al templo.

El ayuntamiento, a pesar de afirmar públicamente que existe servidumbre de paso en el camino, no tiene aún un documento oficial que certifique este extremo: "solo pedimos que la resolución salga antes del día 9 para evitar más problemas", incidió el párroco del barrio, Miguel Angel González.

El propietario centra su negativa a la celebración de la romería en la suciedad que dice puede perjudicar al pasto que come el ganado. Y es que el dueño ha puesto en marcha en la zona una explotación ganadera. "El año pasado (el actual dueño ya poseía la finca en mayo de 2009 pero no la tenía aún escriturada) lo dejaron todo hecho un desastre. No me niego a que ellos estén allí ese día pero con condiciones y sobre todo que después lo dejen todo limpio", dijo a este diario el propietario de los terrenos que pidió expresamente se mantuviera en el anonimato su identidad.

Insiste en que no impedirá que los vecinos suban y se reúnan en "su finca", pero no permitirá que se realice cualquier tipo de actividad comercial. Para ello recurre a la ley incidiendo en que "está prohibido instalar negocios en una propiedad privada".

La gran preocupación es que el día de la romería los vecinos se verán obligados a caminar entre tres y cuatro kilómetros (distancia que hay desde el centro de Aldea Moret hasta la ermita): "pedimos a la gente que respete las condiciones que se han impuesto y no suban sus coches. No queremos que nadie se quede sin ver a Santa Lucía, pero es la única opción que hay", explicó el párroco, Miguel Angel González que aseguró que Aldea Moret no ha buscado un lugar alternativo para celebrar la romería porque para ello implicaría "romper de lleno" con una tradición que lleva celebrándose hace cinco siglos.

Tras más de cuatro meses sin pisar la ermita, por fin el sacerdote pudo verla y comprobar que todo está en orden, a excepción de la suciedad. Y es que Miguel Angel González se queja de que el ganado del propietario ha estado pastando alrededor de Santa Lucía (terrenos del obispado) y han dejado excrementos por todos lados. Subirán a limpiarlos y a adecentar la ermita que, a pesar de estar en buenas condiciones, huele a cerrado, tiene el suelo sucio y las plantas muertas. El viernes que viene el párroco y el cuidador, José Luis Merchán, subirán la imagen para que espere desde su casa a los fieles que irán a verla el domingo.