Decidieron hace tiempo que se podía ir en bici a trabajar y lo han conseguido. José Luis Perlado, técnico de la diputación, y Santiago Requero, ordenanza del ayuntamiento, se han convertido en ejemplos de que no hace falta utilizar el coche para llegar al casco histórico ahora que ya empieza a estar vetado aparcar a los no residentes.

Ambos coinciden en lo obvio: es más "saludable" utilizar la bicicleta que el coche pero, además, olvidan el quebradero de cabeza que supone buscar aparcamiento. Perlado probó hace dos años y no ha parado de pedalear desde entonces. Vive en La Mejostilla y deja cada día su mountain bike en el aparcamiento para bicicletas que habilitó la diputación el pasado verano en el palacio de la Duquesa de Valencia con diez plazas. "Tenía que dejar el coche tirado por Santiago", asegura este técnico de 55 años que lleva desde los 18 subido en la bici.

Santiago Requero, de 40, se desplaza cada día desde el Rodeo hasta el ayuntamiento. Ayer fue uno de los trabajadores que estrenó el párking para una docena de bicicletas en la plaza de Piñuelas. "Recomiendo a mis compañeros que lo hagan. Merece la pena", dice. Palabra de ciclista urbano.