NACIO EN CACERES, EL 3 DE JUNIO DEL AÑO 1957

ESTUDIOS LICENCIADO EN GEOGRAFIA E HISTORIA. ESPECIALISTA EN PALEOGRAFIA MODERNA

PROFESION ES FUNCIONARIO DE LA DIPUTACION. DIRECTOR DEL JULIAN MURILLO DURANTE 24 AÑOS Y AHORA DEL PATRONATO DE TURISMO

Después de 24 años en el Centro de Acogida de Menores Julián Murillo, de Cáceres, Santos Benítez Floriano --ahora nombrado director del Patronato de Turismo-- hace balance de su paso por el hogar infantil de la diputación. En esta entrevista habla de su rica experiencia profesional con 1.500 niños y más de 400 adopciones.

--¿Cómo llega a la diputación?

--A finales de los 70 el entonces presidente, Jaime Velázquez, me llamó porque se estaba planteando un cambio en los centros de beneficiencia de la diputación. Tenía 23 años y me encargué de la reconversión de los colegios San Francisco, La Inmaculada y La Milagrosa.

--¿Y siendo tan joven, qué le aportó esa experiencia?

--Todo. Estaba acostumbrado a un ambiente universitario y fue una ruptura en mi vida porque pude volcarme con menores carentes de todo y con una problemática familiar importante. Me costó un poco al principio porque el trabajo en servicios sociales es algo que excede a una profesión normal. Tienes que tener vocación.

--Y tras el cierre de esos centros llega al Julián Murillo...

--En el 87 se plantea que hay número suficiente de niños en La Inmaculada como para trasladarlos aquí. Tanto los niños como el personal pasamos al hogar, que ya llevaba seis años funcionando. Entonces era un centro modélico en España y me atrevo a decir que en Europa, con un personal técnico preparado, con 135 trabajadores y casi 130 niños. Estamos hablando de un macrocentro, impensable con las cifras con las que nos movemos ahora, donde hay 25 niños y 60 trabajadores.

--¿Eso significa que hemos avanzado en bienestar social?

--Hemos llegado a una situación de bienestar y la consejería tiene muchos más recursos. Creo que el centro mejor es el que no existe y a mí me gustaría que algún día llegáramos a cerrar todos los centros de acogida de menores porque realmente no hubiera problemas en la sociedad. Para mí sería el día más feliz.

--Habrá habido muchas historias que le hayan marcado...

--La realidad supera a la ficción y realmente hay muchas historias que me han conmovido. Aunque con el paso del tiempo a uno se le endurece el corazón, aún termino emocionándome con algunas. Quizás una de las cosas más bonitas sean las tarjetas, que guardo como oro en paño, de familias a las que hemos entregado niños en adopción. El otro día estuve releyendo algunas, como ésta: En nuestra casa siempre hay un recuerdo entrañable para vosotros y muchas razones evidentes para eternamente estaros agradecidos...

--¿Cuantos niños se han entregado en adopción desde los 80?

--En estos 24 años ha habido más de 400, algunas de grupos de hasta cuatro hermanos. Para mí la satisfacción más grande de este trabajo ha sido la entrega en adopción. Es espectacular y tengo en la retina infinidad de fotogramas, de momentos vividos, porque realmente es el inicio de una nueva vida y parece como si les dieras vida a esos niños.

--¿Qué condiciones cree necesarias para adoptar un niño?

--Tener un corazón grande e ilusión por dar cariño.

--Habrá visto muchos casos de niños abandonados... ¿Hay algo que recriminarle a los padres?

--Cuando unos padres abandonan a sus hijos o les causan malos tratos es porque han perdido un poco el sentido y hay muchos padres que son tan sujetos de protección como los menores.

--¿Y esos niños manifiestan su problema de algún modo?

--Muchos ingresan con problemas físicos, con retrasos psicomotores, escolares... Raro es el niño que llega en unas condiciones normales, siempre hay alguna carencia. Lo que más nos ha preocupado ha sido el tema sanitario y el hospital San Pedro de Alcántara ha sido un brazo más para nosotros, igual que todo el maravilloso personal del centro.

--¿Y los nuevos padres?

--Hacen verdaderos milagros. Pienso que la herencia es importante, pero el ambiente es fundamental para un niño porque si lo motivan y estimulan crecerá feliz y desarrollará aspectos que antes no tenía.

--¿Cuándo hay que informar al niño de que es adoptado?

--Es como si me pregunta que cuándo hay que dar una información sexual. Los padres, si conocen a los niños, sabrán cuándo hay que informar. Debe ser uno de los puntos fundamentales de la adopción y creo que si la pareja lleva ese momento normalmente y el niño lo entiende, no habrá problemas.

--¿Cree que la administración debería haber luchado más por mantener el Julián Murillo?

--Este centro está cumpliendo una labor social extraordinaria y creo que hay luchar hasta el final por mantenerlo.

--¿Le hubiera gustado el acuerdo entre Junta y diputación?

--Después de 24 años no me hubiera importado continuar aquí y pasar a la consejería. Se lo dije el otro día al director general, que dónde había que firmar, que firmaba. Pero diputación me ha abierto una posibilidad que supone un reto en mi carrera administrativa y por supuesto estoy muy agradecido al presidente de la corporación por confiar en mí.

--¿Qué se lleva de aquí?

--El corazón muy grande, que lo traje muy pequeñito. El cariño del personal y el de los niños que he conocido, casi 1.500 en estos 24 años.