Sara Cartoy González, la víctima mortal del accidente del parque del Príncipe que conmocionó a los cacereños el verano pasado, llevaba viviendo en Cáceres tan solo dos años cuando encontró la muerte durante un apacible paseo. Sara procedía de Galicia, tenía 42 años y dos hijos de 20 y 17 años. Se enamoró de Cáceres durante un Womad y decidió trasladarse a esta ciudad. Su muerte al menos sirvió para salvar la vida a otras personas que recibieron sus órganos.