La movilidad, ese principio que todos proclaman y que tantas veces se incumple. Ha pasado en la avenida Virgen de Guadalupe, la obra que pretende ser una de la joyas de la corona que cierre esta legislatura. Un ciudadano, lector de este periódico, reparó sin embargo en que no es oro todo lo que reluce y el pasado 16 de mayo envió el siguiente correo electrónico al Ayuntamiento de Cáceres:

«Buenos días. Por favor, ¿alguien se ha percatado del anclaje con el que están siendo sujetas las farolas en la avenida Virgen de Guadalupe? Suponen un riesgo para la integridad física de las personas y una muestra de la improvisación al atornillarlas en las propias baldosas. Es un principio de denuncias por daños a peatones».

El ayuntamiento le contestó el día 3 de la siguiente forma: «Buenos días. Efectivamente su observación es correcta. Están mal ejecutadas. Se ha avisado al contratista aunque aún no ha resuelto nada. Gracias».

El ciudadano, que prefiere preservar su identidad, se lleva las manos a la cabeza y critica la falta de celeridad. La actuación en Virgen de Guadalupe está presupuestada en 576.000 euros. El ayuntamiento confía en que en el mes de junio ya está terminada. La vía ganará en iluminación, mejorará su mobiliario y ampliará las zonas peatonales. La de Virgen de Guadalupe ha sido uno de los proyectos más controvertidos de la ciudad por la retirada de las acacias de la céntrica avenida. El tiempo valorará si la actuación era necesaria.