Inmerso en la promoción de su última película, Princesas , por la que obtuvo tres premios en la última edición de los Goya, al realizador madrileño apenas le queda tiempo para escribir. Dice que tiene "un par de historias en la cabeza" para su próximo trabajo, aunque prefiere guardar el secreto. Fernando León de Aranoa, que empezó como dibujante y rodando anuncios para televisión, se considera "un privilegiado" tras haber tocado el éxito en el díficil mercado del cine español. Ahora su obra empieza a traspasar fronteras: Hace unos meses recibió el premio del público en el festival de Ciudad de México.

Sobre la salud del cine español, opina que las cifras demuestran que en el 2005 creció el número de espectadores, que los análisis que se hacen son a veces "demasiado catastrofistas" y sostiene que este alarmismo responde al carácter español. Por contra, el director subraya que en el extranjero las producciones nacionales tienen mejor cartel que en casa.

León de Aranoa no quiere que le etiqueten en el cine social y afirma que busca un equilibrio con la ficción: "Me apasiona la realidad, pero sobre todo la ficción" y pone por delante su idea de que "el cine debe bajar a la calle". Para hacer Princesas , trabajó durante un año con el colectivo Hetaira, que atiende a las prostitutas en Madrid. Sirvió cafés y repartió preservativos entre ellas. Luego contó con algunas para el rodaje.