Los abogados defensores niegan los hechos y creen que se trata de un juicio contra una etnia. Defienden que el dinero que tenían sus representados en las cuentas bancarias era procedente de su trabajo en los mercadillos o de la venta de chatarra, no del tráfico de drogas.

«Las imputaciones se realizan por parte de la Policía Judicial como una organización criminal exclusivamente porque la mayoría son familia. Se ha hecho una tabla rasa contra todos, las penas son iguales y la participación de los hechos que dice el fiscal no tiene ni comparación unas con otras», dijo Estanislao Martín, que defiende a seis de los acusados, uno de ellos uno de los supuestos cabecillas.

Este último es el pastor de la comunidad evangelista Filadelfia de Plasencia, Fernando Vázquez Vargas. Se le juzga por el dinero que adquirió la iglesia en el año 2005, 50 millones de pesetas, para comprar una nave en la calle Los Mártires. Fue el pastor quien pidió el préstamo porque «la sociedad de culto no está constituida legalmente», indica el abogado. El Fiscal cree que este dinero procede de las drogas.

Por su parte el letrado José Antonio Cartagena defiende a tres matrimonios, uno de ellos con 80 años que tiene en el banco 60.000 euros. «Si con 80 años no se pueden tener 10 millones de pesetas ahorrados, ¿para qué trabajamos?», señaló.

El resto de sus defendidos, otros dos matrimonios, se dedica a vender en los mercadillos. Ellos ahorran el dinero durante toda la semana y a la semana lo meten en el banco, señala. «Hay un par de familias que están muy involucradas pero eso no significa que todos los gitanos de Plasencia sean malos. Han cogido a todos los gitanos que tienen una cartilla de 2.500 euros de los que se desconoce el trabajo y les han metido en el proceso. Eso no puede ser», añadió. H POR SIRA RUMBO