El joven ha retomado su vida con cierta normalidad tras lo ocurrido. Prefiere no hablar con periodistas y es su abogada quien explica cómo fueron esos meses de espera de los resultados de los análisis. "Estaba muy depresivo y lo pasó realmente mal", cuenta Laura Martín Mangas. Entonces ya estaba casado y ahora espera su primer hijo. Sin los ingresos del trabajo de él, su mujer, que también trabajaba aquellos meses, tuvo que afrontar sola los gastos de la casa y pasaron graves dificultades económicas. "Llegó un momento que le cortaron la luz de la vivienda por impago y la familia tuvo que ayudarles económicamente", relata Martín. Afortunadamente, al salir de prisión, pudo recuperar el trabajo sin demasiadas dificultades. Eso sí, la cárcel no la olvidará.