Sebastián Calvarro lleva toda su vida dedicado a la Cruz Roja. Comenzó muy joven y desde entonces compagina su labor de voluntario con su profesión, profesor de tecnología en el instituto El Brocense. Hace dos años asumió la responsabilidad de la presidencia provincial de Cruz Roja.

--¿Que tipo de personas colabora en la Cruz Roja?

--Tenemos tanto trabajadores como voluntarios. Tuvimos que adaptar la idea de tener trabajadores para dar continuidad a muchas actividades, porque como voluntario se puede llegar hasta un límite. Pueden colaborar fines de semana o en verano, pero hay otras actividades que se tienen que hacer diariamente, como programas de la Junta.

--¿Qué labor hace el voluntario?

--El voluntario es una persona altruista, desinteresada, que trabaja por las personas más vulnerables. A medida que se complica la situación atmosférica, debido al calor por ejemplo, el voluntariado tiene que trabajar más, además coincide con las vacaciones de muchos de ellos.

--¿Qué requisitos hay que reunir para ser voluntario?

--Puede apuntarse todo el que lo desee, pero sobre todo hay que llevarlo en la sangre. Lo primero que hace un voluntario es un curso de primeros auxilios y de socorrismo.

--¿Hay una edad mínima para ser voluntario?

--Tenemos gente desde los 8 años. Luego, dependiendo de cada curso y de la actividad que se le asigne a cada persona, hay unas edades límites.

--¿Cuáles son las principales actividades que ocupan vuestros proyectos?

--La base de la institución es prevenir, rehabilitar, socorrer. Nuestra misión no es recoger cadáveres, sino prevenir que esto ocurra. Los accidentes de tráfico es una de las principales, a los traslados interurbanos les tenemos pánico. También pretendemos explicar, a través de folletos, consejos sobre la exposición al sol. Cuando hay una catástrofe internacional, como inundaciones, terremotos, guerras... cubrimos esa necesidad humana.