Uno de los principales responsables del sector reflexiona sobre las condiciones en las que este gremio realiza su trabajo en la capital cacereña y la demanda de mayor seguridad para los taxistas en Aldea Moret.

--¿Tienen miedo de ir a Aldea Moret?

-- Miedo no. Hemos tenido algunos problemas allí con jóvenes de raza gitana o drogadictos que han intentado amendrantarnos pidiéndonos dinero. También hemos sufrido algún apedreamiento en la calle Ródano. Hemos solicitado a la Policía Local si pudiera haber algún control más en la zona.

--El alcalde afirma que no consentirá que un barrio tan importante se quede sin este servicio público...

-- No nos estamos negando a ir. Ese problema no lo va a ver a no ser que las cuatro cosas que han ocurrido en dos meses se generalizaran y fueran continuas. Eso no va a ocurrir. Lo ponemos en conocimiento de la policía para que no se repita.

--¿Qué problemas han tenido en esta zona?

-- Estar esperando a algún cliente y en ese momento dos o tres personas vayan a intentar sacarte el dinero. Por suerte no ha habido problemas porque los taxistas salieron pitando o han sufrido apedreamientos.

--¿Se han renovado los medios con los que cuenta el sector?

--Es un tema que está parado. Si por desgracia hubiera algún problema, creo que las instituciones empezarían a moverse.

--¿Qué demandas concretas haría a las instituciones en materia de seguridad?

--Pedimos que haya un poquito más de control. Entiendo que es difícil, aunque la policía sabe de sobra dónde está el problema y la zona conflictiva.

--Llevan dos años reclamando una subida de las tarifas, ¿a qué se debe el retraso en la petición que han realizado?

--Hace dos meses se presentó un estudio y estamos a la espera de que el ayuntamiento nos conteste. Llevamos dos años sin subir y con pérdidas por la subida del gasóleo.