La trayectoria de la nobleza cacereña comenzó hace seis siglos. Según el historiador Francisco Acedo, el primer cacereño con título fue Gutierre de Solís en el siglo XV, nombrado Conde de Coria por Juan II. Pero lo vendió a los Alvarez de Toledo, hoy duques de Alba.

Ya en el XVI, Alvaro de Sande, general de Carlos V y Felipe II, obtuvo el segundo: Marquesado de la Piovera, título de Milán. Felipe III lo convirtió a Castilla como marquesado de Valdefuentes. También se creó el condado de la Quinta de la Enjarada, cuyo palacio sigue en pie.

Después se sucederían otros títulos propios y ajenos a Cáceres (llegaron por matrimonios): marquesado de Camarena la Vieja (XVII) o de Castro Serna (XVIII), también condes de Adanero (XVIII). La primera grandeza de España otorgada a un cacereño fue el condadode Torre Arias (XIX).