Los cacereños respiran un aire de calidad "óptima", que en la escala de valores que maneja la Red Extremeña de Protección e Investigación de la Calidad del Aire (Repica) es "la mejor", según la responsable del organismo, dependiente de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente, Isabel de la Vega.

Esta unidad de vigilancia, que colabora estrechamente con la Universidad de Extremadura, a través del departamento de Química Analítica y Electroquímica de la Facultad de Ciencias, tiene instalada una cabina junto a la Facultad de Empresariales y Turismo de Cáceres, desde la que se miden una serie de contaminantes, como el dióxido de azufre, el óxido de nitrógeno, el ozono, el monóxido de carbono, las partículas en suspensión, el plomo, el dióxido de nitrógeno y los compuestos orgánicos volátiles.

En cuanto a los contaminantes que se desprenden de la actividad humana, en la ciudad se registran niveles hasta cien veces inferiores a los marcados como límite para la protección de la salud. Así, si el máximo fijado para el dióxido de azufre --una de las principales fuentes de emisión es la combustión de carbón y de otros combustibles como la gasolina-- es de 380 microgramos por metro cúbico de aire, "en Cáceres tenemos una media en una hora de 5,64 microgramos".

De igual forma, mientras el límite de monóxido de carbono --contaminante que desprenden los braseros cuando se producen intoxicaciones-- está establecido en 12 miligramos, en la ciudad no sobrepasa un valor medio de 0,44. También existen niveles de óxido de nitrógeno --debido también a la combustión de carbón, gasolina, fuel, oil o calderas-- muy bajos. Si el máximo de protección a la salud debe ser mayor a 220 microgramos en una hora, en Cáceres hay una media de 10,45 microgramos.

En lo que se refiere a compuestos orgánicos volátiles --que se desprenden de la gasolina y pinturas-- para que afecte a la salud deben sobrepasar las 10 micras "y nosotros tenemos valores anuales de 3,87".

Donde se registran valores más altos es en los contaminantes de origen natural, como el ozono, "que se forma por el calor y una radiación solar muy fuerte". No obstante, según explicó Isabel de la Vega, nunca se ha alcanzado el valor de información a la población, fijado em más de 180 en una hora. "No hemos llegado nunca, pero si hemos alcanzado valores de 140", comentó.

La óptima calidad del aire que se respira en la capital cacereña se debe, según explicó De la Vega, "a que no hay ni un tráfico exagerado ni una actividad industrial exagerada. También porque la actividad industrial está mucho más controlada".

Con respecto a los valores de la otra capital de provincia, según la responsable de la Repica, la calidad del aire de Cáceres es ligeramente inferior a la de Badajoz, según desprenden los datos obtenidos, aunque De la Vega explicó que, en realidad, la diferencia es consecuencia de la ubicación de las cabinas en ambas poblaciones.

La función de este sistema de vigilancia es velar de forma continuada por el medio ambiente --además de tres cabinas fijas (Cáceres, Badajoz y Monfragüe), hay unidades móviles para desplazarse por la comunidad, cada vez más demandadas por los ayuntamientos-- y alertar sobre cualquier desequilibrio ambiental que pudiera afectar a corto, medio o largo plazo a la calidad del aire.