Todos los caminos no llevan a Santiago de Compostela, pero muchos sí. Está el camino francés, el del norte, el inglés, el portugués, por mar incluso, y uno de ellos, es el que cruza Extremadura de sur a norte, el conocido como Vía de la Plata. Cada primavera, por esta ruta se ven pasar peregrinos de toda índole y condición, que enfilan sus pasos a la ciudad jacobea.

Durante el camino, muchos llevan consigo su carné del peregrino, que acredita que realizan el itinerario a pie, bicicleta o a caballo. Con forma de acordeón, tiene los datos de la persona que lo porta, así como casillas para los sellos de los albergues y parroquias por los que pasan. Los peregrinos que realizan el camino del sur, la Vía de la Plata, y recaban en la ciudad de Cáceres, tienen que sellar su carné en la parroquia de Santiago. Allí se encontrarán a José Mena, el sacristán del templo, que custodia este sello.

Pocas veces este invierno ha tenido José que mojar el sello en tinta, «en esta época casi no viene ninguno», el frío y el agua disuaden a los peregrinos a la hora de ponerse en ruta. El sacristán de Santiago asegura que, «en tiempos de vacaciones», es continuo el goteo de peregrinos. Algunos, esperan a las puertas del templo a las 9.00 de la mañana su llegada, para que les selle la credencial y continuar el camino. José Mena les atiende de 9.00 a 12.00 y de 18.00 a 20.00 horas.

Aunque en Cáceres hay un albergue municipal en el Edificio Valhondo, muchos de los caminantes prefieren una pensión pequeña y acogedora cerca de la iglesia donde tienen que sellar su carné, el albergue Las Veletas. Su propietario es José María Arías y aunque suele tener hospedados a estudiantes extranjeros, suele guardar un espacio para los que hacen el camino, «enero y febrero siempre son flojos, este año especialmente malos; pero desde hace una semana empiezan ya a venir más, lo que pasa es que con este tiempo, muchos llegan a Cáceres y se vuelven a sus lugares de origen», explica.

José María Arias no entiende por qué la ruta norteña, «siempre está llena», mientas que esta sureña «no tiene tanto atractivo en invierno» para los peregrinos.

Ahora comienzan los meses buenos de la Vía de la Plata, donde se juntan caminantes de todo el mundo, «hasta de Taiwán», asegura Arias, y todos pasan por la iglesia de Santiago para que José Mena les estampe el sello cacereño en el carné del peregrino.