La ronda Norte, la circunvalación de la Nacional 630, la Ruta de la Plata, la avenida de la Hispanidad... Son muchas las vías cacereñas de gran afluencia que tienen pasos de peatones regulados por semáforos en naranja intermitente. Llevan años así, pese a que contradicen la normativa de seguridad vial.

«El reglamento dice que un coche debe pararse siempre ante un semáforo en naranja intermitente, que ha de dejar paso al peatón. Pero en estos casos, el peatón tiene su disco en rojo y, si quiere cruzar, debe pulsar antes el botón y esperar unos segundos para que cambie a verde», explica Francisco García, presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas.

Un conductor que desconozca la peculiaridad de estos semáforos se detendrá ante cada uno de ellos para dar prioridad al viandante en cumplimiento de la normativa, con el riesgo de que otro le embista por detrás. Y a su vez, si un peatón ve detenerse a ese coche y se dispone a cruzar, puede ser atropellado por otro que no acostumbra a frenar con naranja intermitente, convencido de que nadie atravesará.

«La solución en este caso es realmente muy sencilla de aplicar: mantener siempre los semáforos en verde para los vehículos, que cambiarán a rojo cada vez que los peatones pulsen el botón. No daría lugar a más confusiones y sería mucho más seguro», explica el profesional de la seguridad vial.