Justo en este momento terminamos el balance: hemos estado casi al 100% de ocupación entre el Miércoles Santo y el Domingo de Resurrección, lleno el Lunes y Martes Santo, y al 86% el fin de semana anterior". Así lo explicaba ayer el personal de Hotel Don Carlos, situado en la céntrica calle Donoso Cortes, donde las reservas para Semana Santa han acabado copando sus plazas. Lo mismo ha ocurrido en otros alojamientos de distinta categoría consultados ayer por este diario, que han llenado todas sus habitaciones, o la inmensa mayoría, especialmente durante las jornadas de Jueves y Viernes Santo.

"Sí, la lluvia provoca algunas cancelaciones, pero al mismo tiempo hace que los turistas de otros destinos también opten por moverse más y acaben viniendo a Cáceres sin tenerlo inicialmente previsto. La ciudad ya es bastante conocida por su Semana Santa", explica Jorge Peña, director del Hotel Agora. Su establecimiento de cuatro estrellas, en la estratégica calle Parras, ha vuelto a colgar el cartel de completo el Jueves y Viernes Santo.

"Como siempre, Cáceres llena los hoteles en Semana Santa, se nota que es una fiesta importante, los turistas vienen haya o no lluvia", explican desde el Hotel Fontecruz Palacio de Arenales, también al completo en las jornadas festivas. Y es que la combinación entre el patrimonio cacereño y la intensa actividad de las 16 cofradías, con 23 procesiones y 48 pasos en 9 jornadas, forman un cóctel realmente atractivo para el viajero. Por ello, otros hoteles como Atrio Restaurante Hotel Relais & Chateau o Don Manuel confirmaron ayer sus llenos.

Las jornadas precedentes también han sido del agrado de los establecimientos, con ocupaciones por encima del 80% desde el fin de semana anterior, y ello teniendo en cuenta que la Semana Santa es la temporada alta de la hostelería cacereña y por tanto aplica sus mayores tarifas. Algunos viajeros llegan a reservar de un año para otro en ciertos hoteles con vistas a las procesiones. Se trata, sobre todo en estas fechas, de turismo nacional y familiar.

MENOS CAÑAS Y RACIONES Sin embargo, la crisis y la lluvia sí se han dejado notar en el menor consumo en bares y restaurantes, donde los visitantes no gastan con la alegría de otros años y donde los ciudadanos tampoco han recalado por el mal tiempo. "Las procesiones se han suspendido y los propios cacereños no han salido como otras veces a tomarse después sus cañas y sus raciones", explica César Martín, presidente de la Asociación Cacereña de Hostelería y Turismo.

El responsable sectorial espera que la primavera llegue con un buen registro de visitantes "Vamos a ser optimista aunque la situación no pinte en oro, más bien en bastos. Algún día tendrá que animarse el consumo, y mientras aguantaremos el chaparrón", concluye César Martín.