"Noté un golpe seco y doloroso. No sabía si me había dado en el párpado o en la ceja. Sentí como una pedrada en el ojo". Con estas palabras relataba ayer Sebastián Pacheco el momento en que la carcasa de un fuego de artificio le hirió en su ojo izquierdo el viernes por la noche mientras presenciaba en el parque del Rodeo el espectáculo pirotécnico-musical.

Tiene una "ulceración" en el ojo, que lleva tapado por prescripción facultativa, y hoy se someterá a una nueva cura.

Sebastián Pacheco se situó para contemplar los fuegos artificiales cerca de una de las entradas de la parte superior del parque, con acceso por la avenida Pablo Naranjo. "Estaba a unos 150 metros de la línea de seguridad marcada por la policía, no en primera fila", explica, mientras critica que unos minutos después de que la carcasa impactase en su rostro "ampliaron esa línea de seguridad" y hubo una pequeña "espantada" de público, porque estaban cayendo restos de los fuegos artificiales.

Cuenta que recibió el golpe cuando apenas habían transcurrido cinco minutos desde el inicio del espectáculo. "Le dí a la lesión menos importancia de la que tenía" y esperó a que concluyera el acto para que le atendiesen los sanitarios. Según su testimonio preguntó a la policía local y a los bomberos "y me dijeron que ni había ambulancia, ni la había habido". Fue atendido, según el parte médico, 25 minutos más tarde en el Virgen de la Montaña.

El afectado critica que el ayuntamiento "dijera que hay servicios públicos para prestar atención y que no los tengan previstos", motivo por el que ayer mismo tenía intención de presentar una denuncia por responsabilidad patrimonial contra el consistorio.