La ruta de Cedillo hasta Castelo Branco a través del crucero Tajo-Internacional se ha suspendido a consecuencia de la sequía, según confirma el gerente de la empresa Barco del Tajo, Rafael Pintado, que achaca a la «falta de comunicación entre los técnicos de ambos países» la situación generada. Para explicar lo ocurrido, Pintado se remonta al Decreto de Albufeira, que indica que para que el Tajo tenga vida y caudal ecológico, el Reino de España debe soltar a la República Portuguesa 2.300 hectómetros cúbicos anuales. Como el año hidrológico termina cada 30 de septiembre, a España le restaban 200 hectómetros por soltar para cumplir su cupo. El agua no se pudo sacar de Alcántara dada la escasez de agua actual, de manera que el 9 de septiembre la confederación hidrográfica dio orden para que se soltara de Cedillo. Como Cedillo tiene 330 hectómetros de capacidad total, el desembalse lo dejó vacío y el barco no puede navegar.

En estos momentos, la embarcación se encuentra fondeando en mitad del río porque los embarcaderos están a solo varios metros sobre el nivel del agua. La solución habría pasado por establecer embarcaderos móviles, algo que no se dispuso, con el consiguiente perjuicio para la empresa. Pintado explica que de septiembre a diciembre del año pasado utilizaron el Tajo-Internacional 9.278 pasajeros, con una facturación de 185.000 euros. En septiembre de este año ya tenían 3.000 pasajeros con billetes comprados, «pero al enterarnos de la noche a la mañana de lo que estaba sucediendo hemos tenido que devolver el dinero».

Rafael Pintado cifra en 10.000 el número de pasajeros que van a perder. El coste por cada turista que realizaba esta ruta era de 135 euros al día; en el barco se gastaba una media de 13 a 14 euros, que es lo que cuesta el pasaje, pero alrededor del viaje había una inversión importante en restaurantes, alojamientos, almazaras, queserías, por lo que se puede estar hablando de unas pérdidas en el sector del turismo de La Raya que alcanzaría el millón de euros.

«Nos dicen que en noviembre la situación podría estar solucionada, pero no sé de dónde van a sacar el agua» e insiste en que la colocación de embarcaderos móviles «nos hubiera permitido seguir operando».

Lamenta lo ocurrido porque, según asegura, «nos hubieran quedado cruceros muy bonitos, ya que la sequía ha sacado a flote antiguos molinos del siglo XII o los Caminos de Sirga, que mandó construir Felipe II cuando se anexionó el reino de Portugal a España.

DESDE 2011 / La botadura de este barco se realizó en marzo de 2011. Dentro del Parque Natural del Tajo Internacional cuenta con varias rutas que recorren tanto el río Tajo como el afluente de este y perteneciente al país vecino como es el río Ponsul. Estas rutas tienen diferentes duraciones en torno a las 2 horas y permiten al viajero adentrarse en el corazón del parque, algunas de ellas llevan al país vecino llegando hasta la ciudad de Castelo Branco pasando por el municipio de Lentiscais. El pasajero puede disfrutar en estos recorridos de la gastronomía, cultura y naturaleza lusa.

El Barco de Tajo Internacional es la embarcación más veterana y con mayor capacidad de todas, 80 plazas, repartidas en 16 al aire libre en la cubierta superior y 64 plazas a cubierto en la principal. Se trata de una embarcación de pasaje, para efectuar cruceros turísticos en aguas interiores. Está dotado con las más modernas tecnologías tanto en navegación como en seguridad como en recursos divulgativos y actúa como un verdadero centro de interpretación flotante que ahora, desgraciadamente, está fondeando.