El Servicio Extremeño de Salud (SES) y el Colegio de Médicos de Cáceres estudian emprender, juntos o por separado, acciones legales contra la familia que el pasado martes trató de agredir a un ginecólogo del Hospital San Pedro de Alcántara, después de que este les comunicara el fallecimiento del bebé que esperaban durante una cesárea. Los gabinetes jurídicos del colegio y la Junta están estudiando la información recabada por el momento, fundamentalmente en base a la historia clínica y a los testimonios de los trabajadores del complejo hospitalario que estaban cuando la madre, Raquel Ramos, ingresó de parto.

"En principio, con los datos de la historia clínica, lo único que podemos decir es que la actuación del médico fue correcta y se corresponde con la forma actual de hacer medicina. No hemos encontrado nada que indique lo contrario. Por lo que solo podemos determinar que se hizo lo correcto", valoró ayer a este diario el director gerente del SES, Albino Navarro. Tanto él como el presidente del Colegio de Médicos, Carlos Arjona, defendieron la actuación del ginecólogo que ese día estaba de guardia en el hospital y cuestionaron el comportamiento de la familia de la niña fallecida.

"Estamos indignados. Por el médico y porque el hecho de que tuviera que salir custodiado por la policía y abandonar su puesto de trabajo ante la agresión. Eso podría haber generado una situación de desatención médica que perjudicara a otros pacientes", afirmó Navarro, que calificó de "dramática, lamentable e insólita" la situación que se vivió el martes en el Materno.

El gerente del SES trasladó el pésame a la familia afectada, con la que dijo no haber hablado, aunque sí mantuvo una conversación con el médico. "Está muy afectado", aseguró, en consonancia con lo que el facultativo expresó un día antes en declaraciones a este diario. No confirmó si el especialista se encuentra de baja, aunque sí que "se le ha dado un tiempo para que se recupere", aunque estimó que en aproximadamente tres días volverá a estar en su puesto de trabajo.

"En medicina se producen muertes. Por eso el dolor de una familia no puede justificar nunca la agresión a un médico", dijo.

DENTRO DE LA ESTADÍSTICA

En esa idea incidió el presidente del Colegio de Médicos, Carlos Arjona. "Lamentamos el fallecimiento de la niña. Pero eso es algo que entra dentro de la estadística normal. Y no quiere decir que la actuación por parte del médico no fuera la correcta", dijo. Más bien al contrario, Arjona defendió que el informe elaborado por el colegio a través de las conversaciones mantenidas con los profesionales del hospital determina que "la actuación del médico parece que fue la correcta", dijo. "Se hizo lo normal. Y lo normal no es hacer una cesárea. Es monitorizar a la parturienta y si se producen problemas, hacer la cesárea. Y eso fue lo que se hizo", señaló Arjona, que añadió que "serán los forenses quienes determinen, en todo caso, la causa de la muerte de la niña".

El Juzgado de Primera Instancia número 1 continúa con las diligencias iniciadas con la denuncia que el miércoles presentó Iván Paz, padre de la niña fallecida. En ella hace constar que, desde el primer momento, él y la madre del bebé pidieron que se le practicara una cesárea "ya que así lo habían recomendado los médicos que siguieron el parto". En la denuncia, en la que pide que se practique la autopsia, también afirma que se determinó hacer la cesárea "cuando el corazón del niño se paró por segunda vez".

El forense practicó ayer por la mañana la autopsia al bebé y después la niña fue trasladada a Garrovillas de Alconétar, de donde procede la familia, para el funeral.

"Nos dicen que la niña estaba aparentemente bien y que tenía signos de haber sufrido", señaló José Paz, abuelo paterno del bebé sobre el resultado de la autopsia.

La familia ha iniciado contactos con varios abogados para esclarecer qué sucedió en el paritorio ese día. "El embarazo había ido normal. Todo estaba perfectamente normal y la niña estaba bien, así que algo han tenido que hacer mal los médicos", dijo José Paz, que insistió en que el médico que practicó la cesárea "reconoció que habían interpretado mal los datos de una prueba que se le hizo a la niña en el parto". "Somos humanos, pero algunos problemas son evitables y creo que aquí no se han evitado", añadió Paz, que volvió a hablar de "negligencia" en la actuación del médico.

El abuelo de la niña, que había pesado 3,5 kilos e iba a llamarse Nuria, afirmó que harán todo lo posible para que "si ha habido un fallo, se pague por ello". La madre del bebé continúa ingresada, recuperándose de la cesárea que se le practicó para extraer a la niña.