El Servicio Extremeño de Salud (SES) ha comenzado a derivar a Plasencia, Mérida y Badajoz a pacientes enfermos de cáncer. Debían haber comenzado ya su tratamiento de radiología pero no ha sido posible debido a que la máquina se encuentra estropeada. El servicio no se ofrece en la sanidad pública, si no que el SES lo tiene concertado con la clínica privada San Miguel. Sin embargo, por un problema técnico, «al menos durante quince días», asegura la Junta de Extremadura, no se podrá atender a pacientes que vayan a comenzar su tratamiento (sí podrán recibirlo los que ya lo han empezado); «hasta que los técnicos den el ok definitivo».

Por esta razón el Servicio Extremeño de Salud ha tomado la decisión de derivar a ocho pacientes cuyo tratamiento urge a Mérida (6), Plasencia (1) y Badajoz (1). El resto deberá esperar a que la máquina de la clínica se arregle.

La situación enfada a los enfermos y a sus familiares, que han comenzado a recoger firmas a través de la plataforma on line ‘Change.org’. En 24 horas han logrado casi 800 adhesiones. La petición la ha iniciado José Segura. Su madre, de 53 años, lucha contra un cáncer de mama. Ya ha recibido las sesiones de quimioterapia necesarias y el tratamiento debe continuar ahora con radioterapia.

30 sesiones diarias / Le han prescrito 30 sesiones (son diarias) con la premisa de que deben comenzar como máximo al mes o al mes y medio de haber finalizado la quimio, que terminó el 14 de agosto. Ya está fuera de plazo. Fue a la Clínica San Miguel con su cita pero no pudo recibir el tratamiento. «Le han estado dando largas diciéndole que estaba en plazo pero la máquina no termina de arreglarse. Les amenacé con denuncias y nos citaron para el día siguiente, pero tampoco le dieron la sesión y ahora me comunican que han decidido que ya no le van a dar el tratamiento», señala su hijo, José Segura. Mientras tanto su oncóloga insiste en la importancia de comenzar cuanto antes las sesiones de radiología.

Finalmente decidió transmitir su queja a la gerencia del Servicio Extremeño de Salud. «La oncóloga nos dijo que mi madre no podía esperar más. Estamos hablando de una persona que está luchando contra el cáncer no de una operación de estética», se queja. La solución ofrecida desde el SES fue trasladar a su madre a Plasencia, a donde acudirá esta mañana, pero no para comenzar el tratamiento. Antes de recibir radioterapia es necesario realizarse una serie de pruebas para conocer los puntos exactos a los que debe ir dirigida la radiación.

Su madre ya se había realizado este examen hace tiempo, con la previsión de comenzar el tratamiento en la Clínica San Miguel, pero ahora le obligan a repetirlo. «Vamos a ir a Plasencia pero todavía no sabemos cuándo empezará el tratamiento y el tiempo juega en su contra. No sabemos lo que van a tardar», insiste José Segura, quien ha comenzado ahora otra cruzada para conseguir una ambulancia en la que poder trasladar a su madre diariamente.