Entre setenta y ochenta cacereños esperan un trasplante de riñón para poder vivir. Muchos de ellos llevan aguardando un donante desde hace cuatro años, que es el tiempo de espera media para obtener un órgano en la provincia, que sufre un estancamiento en las donaciones. La diálisis es su único salvavidas durante esa espera y a este tratamiento están sometidos alrededor de 220 enfermos renales.

Así lo expuso ayer el presidente de la Asociación de Enfermos renales de Cáceres (Alcer), José Antonio Lancho, en la presentación de las cuartas jornadas sobre insuficiencia renal crónica que se celebrarán mañana en la ciudad.

Las jornadas, con cinco ponencias, abordarán en esta ocasión los riesgos cardiovasculares que sufren estos enfermos --veinte veces superior al de cualquier persona, por lo que es una de las principales causas de muerte-- y los nuevos avances en los tratamientos para combatirlos, entre otras cuestiones. Nefrólogos de Barcelona, Cáceres y Badajoz disertarán sobre estos temas en el hotel Barceló V Centenario.

MEJORAS PROMETIDAS José Antonio Lancho aprovechó ayer la ocasión para demandar a la dirección hospitalaria de Cáceres la prometida remodelación del área de hemodiálisis del hospital San Pedro de Alcántara, situada en la planta baja del centro sanitario. "No se dan las condiciones óptimas en las instalaciones", aseguró Lancho, que puso como ejemplo que para ir al aseo hay que pasar por la sala que sirve de vestuario a los enfermos.

El presidente de Alcer recordó que existía un compromiso de iniciar las obras este año, puesto que las mejoras "tenían ya presupuesto, según nos dijo el director del área de salud de Cáceres, Antonio Arbizu", dijo Lancho.

Sí elogió el avance dado este año tanto en la provincia como en el resto de la región en los centros concertados de hemodiálisis. Este año se han abierto tres locales nuevos (Plasencia, Mérida y Villanueva) y se han remodelado de forma integral el de Cáceres y Badajoz.