Campesino ofreció en su intervención datos generales de la zona que ahora queda protegida por el plan especial. Suman 70 hectáreas, donde hay más de 1.700 inmuebles y un 20% de vivienda vacía, además recordó en su ponencia, tomando datos de la oficina de rehabilitación de Cáceres, que entre las zonas donde más proyectos de rehabilitación se presentan están las calles Pizarro, Caleros, Margallo o Santiago.

Miguel Matas centró parte de su intervención en la muralla, de la que indicó que "cuando se cae es cuando nos acordamos de ella". El arquitecto, uno de los técnicos que más ha estudiado el cerco almohade, aseguró que la muralla es el bien de interés cultural más importante de Cáceres y recordó que el futuro de la ciudad pasa por "el turismo", razón por la que defendió que en los presupuestos municipales del ayuntamiento se reserve anualmente una partida para la conservación de la muralla.

El arquitecto del ayuntamiento y jefe del servicio de Urbanismo, Javier Ruiz, que dio en su intervención un repaso a las actuaciones realizadas en el casco viejo en los últimos años, aludió en su ponencia al debate sobre arquitectura contemporánea en el casco viejo. Comentó que se tiene que perder el miedo al concepto contemporáneo cuando se está construyendo ciudad, indicando que esta zona de la ciudad no es solo un museo o un parque temático y que por tanto tiene que estar "viva y debe funcionar" Ruiz comentó que hay parcelas "que no son merecedoras de estar como están" y en las que se puede intervenir, puso el ejemplo de la actuación que se hará en Camino Llano con el centro de arte de Helga de Alvear.

Ruiz también se refirió a la necesidad de que en la nueva revisión del plan especial se tengan en cuenta los valores arqueológicos del recinto histórico y recordó que la muralla necesita un plan director que podría formar parte del estudio de la revisión.