Ni Cáceres es Washington, ni estamos en 1963. Sin embargo, yo, ¡Hoy tengo un sueño! Pensarán que frecuento sesiones espiritistas y que en mí se encuentra reencarnado el espíritu de Martin Luther King..., pero nada más alejado, ni en agosto la melanina me permite el mínimo parecido. Tampoco mi sueño se asemeja. King soñaba con colinas de Georgia, yo lo hago con la colina de Aldea Moret. King soñaba con los hijos de los esclavos, yo lo hago con los hijos de los trabajadores de la mina. King soñaba con el Gobernador de Alabama..., a mí me lo quita el de Extremadura.

Da la sensación de que la historia se repite, y es que soy de los que piensan que si King hubiera sido cacereño, habría nacido en Aldea Moret. Y habría luchado por el barrio y sus vecinos, y le exigiría a Rodríguez Ibarra, que, como político y máximo responsable de la Junta de Extremadura, no mire hacia otro lado ante los problemas de su vecindario. Suele pasar. Cuando uno se acomoda se vuelve elitista, y cuando se es elitista se ningunean ciertos sectores. Pensarán que con lo que digo, Rodríguez Ibarra frecuenta sesiones espiritistas y que en él se encuentra el espíritu de Victoria Beckham..., pero nada más alejado. Hablo de responsabilidad, de obligaciones.

Todos los barrios de Cáceres necesitan inversiones, pero los más desfavorecidos especialmente. Imaginen que en los municipios y regiones se siguiesen políticas como las que Zapatero elabora en España: los que más produzcan, más reciben.

Eso es entrar conscientemente en un círculo vicioso de difícil salida, que hará que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres. Apliquen el algoritmo a la ciudad de Cáceres y qué obtenemos, negativa a inversiones. Negativa a inversiones en Aldea Moret. El acuerdo institucional es esencial para el futuro de las barriadas, sea quién sea el partido político que gobierne. Y dos no pelean si uno no quiere, y eso es justamente lo que sucede. El Ayuntamiento de Cáceres quiere invertir en el desarrollo de Aldea Moret y la Junta, si expresa su negativa a la propuesta del espacio para la creación joven (ECJ) en Las Minas, no.

Y ya que a los miembros de alguna asociación juvenil, les gustan tanto los vídeo-juegos, les diré que, como en los de lucha, el ayuntamiento no para de lanzar propuestas y la Junta, al más puro estilo Bruce Lee, no para de esquivarlas.

No son conscientes de los beneficios que traería un ECJ a Las Minas. O sí lo son, pero sencillamente pasan. Un ECJ es una inversión social y económica que, a la vez que ofertaría una sana alternativa de ocio a los jóvenes de Aldea Moret y Cáceres, permitiría a familias del barrio aprovechar la afluencia de jóvenes en la zona para abrir negocios que les reportasen empleo y dinero.

Y créanme, si levantar un ECJ en Aldea Moret requiere de un esfuerzo económico por parte de la Junta de Extremadura, que lo hagan, porque eso es invertir, no tirar el dinero. Tirar el dinero es gastarse 25 millones de las antiguas pesetas en colocar las famosas vallas del paleto , que más que imán de turismo, lo fue de risas y vergüenza.

Si los fondos que se destinen repercuten socialmente en la zona, como es el caso del ECJ en Aldea Moret, el estudio del proyecto debe tenerlo en cuenta, y no sólo pensar en aspectos arquitectónicos. Por eso, la viabilidad no sólo deben enfocarla técnicos de la Junta, sino trabajadores sociales de ayuntamiento conjuntamente. Y no trato de influir en el trabajo de los técnicos, como JJSS cree.

El futuro de Aldea Moret son las inversiones que se hagan en ella, ese es mi sueño. Hoy la pelota está en el tejado de la Junta. Si se niegan a recogerla, negarán el futuro de Las Minas, su empleo y su desarrollo. Apostemos por el trabajo de sus familias y por sus negocios, pero primero, démosles razones para arriesgar, para invertir. No seamos elitistas, no esperemos a que David Beckham viva en Aldea Moret.