Septiembre es el mes de los buenos propósitos y perder peso tras los excesos del verano es uno de los clásicos. Para saber cómo actuar y devolver a nuestro cuerpo la silueta deseada, Juana Fraile, experta en Endocrinología y Nutrición, que hizo la especialidad en el Ramón y Cajal de Madrid y que lleva 16 años ejerciendo en Cáceres, da algunos consejos. Son tiempos de practicar deporte, no perder la ilusión y dejar que el pollo y el salmón llenen nuestra nevera.

-¿A la vuelta de las vacaciones de verano se produce un repunte en las consultas?

-Sí. Hay mucha gente que después de las vacaciones le apetece cambiar los hábitos y poner remedio a un problema de peso.

-¿Y cuáles son esos remedios?

-Lo primero que tiene que estar dispuesta una persona es a cambiar lo que no hace bien. Ser plenamente consciente de que quiere hacer unos cambios de hábitos, ir hacia una vida saludable. Tiene que estar concienciado, convencido, que no haya ansiedad de ningún tipo o problema emocional, o si lo hay, tratarlo. Y sobre todo, tener ilusión y paciencia.

-¿Qué no hacemos bien?

-Muchas veces no tenemos la paciencia suficiente. Un problema de peso que se va acumulando suele venir provocado porque hay unos hábitos que se están perpetuando en el tiempo, porque hay cosas que no estás haciendo bien. Todas esas cosas no se pueden arreglar en una o dos semanas, ni en un mes. Si tengo un sobrepeso leve, en un mes a lo mejor puedo perder tres o cuatro kilos, pero cuando el problema es sobrepeso de cierto grado o una obesidad, lo primero que le digo a los pacientes es: «Esto hay que trabajarlo, tenemos que hacer un esfuerzo y hay que darse tiempo para cambiar una serie de hábitos».

-¿Y cuáles son las primeras pautas a seguir?

-Primero, hacer una buena analítica, un estudio serio para saber si una persona tiene un problema de metabolismo o no, decirle a esa persona si tiene sobrepeso, si tiene obesidad, qué tipo de obesidad tiene y una vez que tenemos diagnosticado al paciente, ofrecerle un tratamiento.

-¿Qué tratamientos resultan más efectivos?

-Todo depende de la patología que haya de base, es decir, a qué trabajo nos enfrentamos. Lo que hay que insistir es en valorar el estado emocional del paciente, porque la alimentación es muy emocional. Si una persona se enfrenta a una dieta pero tiene ansiedad, no la va a poder realizar, con lo cual hay que intentar hacer un abordaje terapéutico de la ansiedad.

-¿La ansiedad provoca que comas más, o menos?

-Un cerebro sometido a estrés emocional le va a llevar a comer mal, le van a llamar sobre todo, los hidratos de carbono. Una persona con ansiedad va al mal comer. Va a tener cierta predisposición a inclinarse hacia los hidratos de carbono y a comer sobre todo por la tarde-noche, que es cuando más engordan las cosas.

-¿Qué dieta es la ideal?

-Hay que hacer una dieta que tenga una restricción calórica, por supuesto. Al paciente le hago una encuesta alimentaria para saber qué está comiendo y a partir de ahí ir recortando. Hay que hacer un déficit calórico, hay que hacer una restricción, sobre todo, de los hidratos de carbono rápidos, de azúcar, de harinas refinadas. Hay que hacer una estructura de la comida del día, intentando hacer un desayuno correcto, una media mañana, una comida, un tentempié en la merienda... Y la comida (insiste) más ligera del día: la cena. La clave del rendimiento de una dieta es la cena. Si como más de noche que de día no puedo bajar de peso, no bajo ni un gramo; y es el problema que tiene la mayoría de la gente. Si no quito el dulce de la tarde, no puedo bajar de peso. Y muy importante: aumentar el gasto a través del ejercicio. ¿Por qué? Porque a partir de los 40 años ya empieza a notarse una bajada del gasto calórico, el organismo se vuelve un poquito más ahorrador. La mayoría de las personas que acuden a la consulta suelen ser de una franja de edad de a partir de los 40 años, porque ahí hay una disminución franca del metabolismo basal, que si tú no haces el ejercicio correspondiente, comiendo igual no bajas peso, porque ya no gastas igual, y la única manera de compensar esta bajada de gasto metabólico es a través del ejercicio.

-¿Cuál es la hora idónea para practicar deporte?

-Aquí hay distintas teorías. Le digo a mis pacientes que lo hagan cuando puedan para que sea regular. Hay gente que le activa a primera hora de la mañana, y a otra por la tarde-noche porque les relaja, sueltan estrés. Siempre les comento: «Vamos a ver dónde podemos hacer el ejercicio, donde a usted mejor le venga y donde se pueda mantener la regularidad». La clave es esa, porque si me pongo a hacer un ejercicio o me apunto a una actividad y eso me supone un estrés porque no soy capaz de compaginarlo con el día a día, al final lo terminas dejando.

-¿Qué pasa con la fruta?

-La fruta no es una verdura. Lleva un azúcar que se llama fructosa, entonces no puedo comer toda la que quiera. ¿Es sana?, sí, pero que un alimento sea sano no quiere decir que sea acalórico.

-¿Cuándo hay que comerla?

-O bien por la mañana como alternativa a una tostada o a media mañana o a media tarde.

-Existe el mito de que la sal es mala...

-La sal lo que hace es retener sodio. ‘El agua sigue a la sal como la sombra al viento’, nos decían en la facultad. ¿Quién debe hacer una restricción mayor?: la persona que tenga una hipertensión.

-El pan es otro mito...

-El pan no es que sea un mito. Cuanto más rústico sea el pan, sea la harina, es más sano. Debemos huir de las harinas refinadas. Cuando más recomiendo el pan es por la mañana. Cuando no debemos tomarlo es de noche.

-¿La cerveza?

-Es azúcar líquido, como dicen los orientales. Si una persona maneja bien los hidratos de carbono porque hace mucha actividad física no va a tener problemas, pero si una persona empieza a acumular grasas, sobre todo en el abdomen, hay que bajar el hidrato de carbono rápido, y la cerveza es hidrato de carbono rápido.

-¿Los refrescos?

-Por favor, 0%. Los refrescos, sin azúcar.

-Así que la Coca Cola: Zero...

-Recomiendo a mis pacientes beber agua o infusiones entre horas. Los refrescos puedes beberlos con moderación.

-¿Y el chocolate?

-Es un alimento muy calórico. Hay que tomarlo en porciones muy pequeñas, no a diario. Hay que tomar chocolate o cacao puro y evitar el chocolate con azúcar añadido.

-¿Los ‘Doritos’?

-Todos los ‘snacks’ son supercalóricos. ¿Cuáles pueden ser más sanos y ligeros? Pues por ejemplo, unas aceitunas, unos encurtidos, y, en muy pequeña cantidad y si una persona no tiene problemas de peso, los frutos secos son sanos. Pero son muy, muy calóricos. Aunque las nueces sean buenas para el corazón, le pongo nueces a una persona que quiera ganar peso de manera saludable, pero a una persona que quiera adelgazar, no. ¿Cuántos pacientes se sacian con una nuez? Por eso prefiero ponerles 10 aceitunas, porque se sacian más. Sano no quiere decir que no lleve calorías.

-¿La lechuga engorda?

-¿Por qué va a engordar la lechuga? Las verduras son hidratos, pero débiles. Podemos tomarlas, de entrada, en cantidad libre, pero lo que es cantidad libre para una persona no lo es para otra. La lechuga forma parte de las verduras y si esa verdura se cocina con un aceite de oliva medido y no se le añaden otros productos como quesos, frutos secos o semillas, no tiene por qué engordar. No puedes tomarte una lechuga entera o media sandía o medio melón al día.

-El queso...

-Es un alimento muy calórico.

-El pollo...

-Es una carne blanca, muy indicada en las dietas porque tiene muy baja grasa y funciona como una proteína.

-¿Y el salmón?

-Es un alimento muy adecuado porque es un alimento muy saciante y muy rico en Omega 3, que tiene un efecto terapéutico sobre la ansiedad, la mejora.

-¿El atún?

Se puede utilizar como elemento proteico a modo de segundo plato combinándolo con una ensalada y haría la función del pescado. Es más ligero el que viene al natural, no en aceite.

-¿Es posible adelgazar?

-Totalmente.

-¿Cuáles son los casos que más le gusta tratar?

-Sobre todo me gustan mucho los niños. Me encanta trabajar con ellos, con los que comienzan a tener problemas en el colegio, que otros les empiezan a decir cosas feas... Cuando ellos aprenden a comer y se ilusionan, ver cómo les sube la autoestima es algo maravilloso.