El caso de ´Construcciones Metálicas Muriel´, una empresa con más de medio siglo de vida e histórica en la ciudad dentro del sector de la carpintería metálica, es uno de los que engrosa la lista de causas a resolver por los jueces cacereños de lo Social. Su situación la han denunciado, "preocupados e impotentes", su trabajadores, que ven como después de muchos años en ella --son varios los que llevan más de 35 años-- "quieren dejarnos en la calle sin nada".

Ya les ha ocurrido a siete de ellos, a los que esta misma semana les han comunicado el despido, "solo eso, comunicado, pues ni nos han dado liquidación, ni finiquito, ni tan siquiera nos han pagado este mes", comentaban ayer a este diario visiblemente enojados. Ellos, y también los ocho que aún siguen en sus puestos, que se muestran convencidos de que "dentro de muy poco vamos a estar en la misma situación, pues de hecho ya nos deben este mes".

Preocupados por la situación y por su futuro, lo que más indigna a estos trabajadores "es que se ha llegado a esta situación porque los dueños lo han querido, porque quieren cerrar, no por la crisis, pues aunque es cierto que el trabajo ha bajado, aquí nunca ha faltado". Y aunque todos aseguran que lo que más desearían es que no se cerrara y poder seguir trabajando, también tienen algo claro: "Si no quieren salvar la empresa, al menos que nos paguen lo que es nuestro, que después de tantos años no nos echen a la calle como basura".

Pero mientras ellos afirman que los propietarios (una sociedad que integran tres socios) vienen desde enero rechazando trabajos "para dejar que la empresa se hunda", el encargado, a su vez uno de los socios, manifestaba que el problema es la falta de dinero. "Hemos estado mucho tiempo sin trabajo y esto ha hecho que ahora, que empieza de nuevo a haber algo, no haya dinero para poder seguir". De hecho, concluye, "no vemos posibilidades de mantener la empresa, pues incluso se ha presentado ya el expediente de quiebra".