Falleció hace unas semanas. Dijo adiós, como todo en su vida, de una manera tan discreta que la noticia de su viaje no trascendió más allá de los que tanto lo querían, que eran muchos. Pero Ángel Ugarte Zardoya merece, sin duda, un reconocimiento. Fue el primer concejal comunista de la democracia que entró en el Ayuntamiento de Cáceres en 1979.

Llegó en la lista que encabezaba, y cuyo número dos era Carlos Latas en la legislatura que ganó la UCD con Luis González Cascos como alcalde. En aquellos años, Ugarte fue teniente alcalde de Jardines y promovió interesantes mejoras en el Paseo de Cánovas.

Ángel Ugarte fue una persona poco al uso, que «nunca quiso oropeles», recuerda Segundo Tercero, compañero suyo en el sindicato. «Se subsumió en el anonimato, pero siempre estuvo en la lucha». Después de su etapa como concejal también fue en las listas para la Asamblea de Extremadura.

Segundo Tercero relata que en 1976, antes de las elecciones municipales, junto a Ugarte, su mujer Paquita, y Latas, hicieron una brigadilla con la que recorrieron Aldea Moret, «que entonces estaba absolutamente abandonada, sin acerados ni red de alcantarillado». Llegaban en esa época los ecos de Vallecas y ellos pusieron el germen para la creación de la asociación de vecinos. El objetivo era que los ciudadanos fueran los protagonistas de la defensa de sus derechos. Luego, a través de la Unión Provincial de Comisiones Obreras, constituyeron el primer sindicato de la Administración Pública.

Ugarte, padre de tres hijos (Pilar, Mariángeles y Jesús) trabajó como funcionario en el Edificio Múltiples y era muy aficionado a la pintura. Fue un pintor peculiar, autor de cuadros de gran belleza. Quedan sus lienzos y su recuerdo para siempre.