Inés María Delgado es Técnica de Cuidados de Enfermería nada menos que desde 1973 en el Hospital Nuestra Señora de la Montaña. «Llegué para hacer prácticas, surgió una plaza libre y desde entonces siempre he permanecido aquí. Me encanta mi profesión», afirma. En los primeros años sus cometidos eran más difíciles porque existían menos medios, «pero siempre hemos trabajado bien, muy a gusto, el hospital era genial. Ya entonces formábamos una familia, todos a una».

Inés, en sus 46 años de experiencia, ha vivido los mayores cambios del hospital, desde que comenzó a trabajar con las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paul, responsables del recinto. Entonces se llamaba a los celadores con una campana y había una leyenda en las escaleras que ha marcado a distintas generaciones de sanitarios: «Si no sabes sentir el dolor ajeno, vuelve sobre tus pasos y sal de esta casa». Luego el hospital se sometió a la gran reforma promovida por la diputación en 1982. «Quedó precioso, con grandes pasillos, habitaciones con baños... Aquí hemos desarrollado todas las especialidades», cuenta Inés orgullosa.

Ella lo tiene muy claro: «éste es ‘mi’ hospital, lo sentimos así. La despedida será muy dolorosa, llevamos aquí toda la vida. Por supuesto que nos agrada estrenar un complejo nuevo con todos sus recursos, pero dejar atrás este edificio realmente será triste».