Siete años y medio de prisión. Es la condena impuesta a Costel Curt, un ciudadano de nacionalidad rumana acusado de la violación de una joven con síndrome de down que ayer, en la sala de vistas de la Audiencia Provincial, ante la presidenta y demás miembros del tribunal, reconoció los hechos y pidió perdón.

Siempre asistido por una intérprete, Costel Curt declaró haber cometido los delitos de los que se le acusaba, y aunque en un primer momento aseguró no haber sido consciente de que la joven a la que agredió sufría una minusvalía severa, "pues si hubiera sabido que era tan fuerte no la habría tocado" dijo, minutos después asumió su total responsabilidad y disposición a cumplir el castigo.

Inicialmente el fiscal había solicitado para él una pena de 11 años de prisión --9 por un delito de detención ilegal en concurso con un delito de agresión sexual, y 2 años por un delito de lesiones--, pero en la mañana de ayer, antes de su juicio, el fiscal y la defensa del acusado conformaron una pena menor --7 años y seis meses respectivamente--, al tenerse en cuenta el arrepentimiento mostrado por el acusado y el hecho de carecer este de antecedentes penales.

El acuerdo fue aceptado también por la familia de la víctima, "porque queremos evitarle el juicio y el tener que volver a recordar todo lo ocurrido", indicaba a este diario su padre, conforme con la condena finalmente impuesta al agresor de su hija.

GRAVES DELITOS Los hechos por los que Costel ha sido condenado ocurrieron hace poco más de un año, y desde entonces se encuentra en prisión provisional. Del Centro Penitenciario de Cáceres era trasladado a primera hora de la mañana de ayer a la Audiencia Provincial para ser juzgado, y a la cárcel volvió tras la vista para cumplir las penas impuestas.

Fue el 6 de junio del año pasado. Según recuerda el fiscal en su escrito de calificación de los hechos, dicho día, sobre las 08.50 horas, en una parada de autobús de la localidad de Baños de Montemayor, Costel Curt vio a una chica a la que se dirigió "cariñosamente" y la invitó a que subiera a su coche, "pero como ella no hacía caso a las insinuaciones del procesado, este se bajó del vehículo, la cogió por la mano y la introdujo de manera violenta en el asiento del copiloto".

A continuación, el acusado abandonó la localidad por la antigua Nacional 630 en dirección a Hervás, hasta llegar a un camino solitario, contiguo a la carretera, donde se detuvo y abusó de la joven, a la que llegó a agarrar del cuello al tiempo que le propinaba un puñetazo para que dejara de ofrecer resistencia. Y "una vez hubo satisfecho sus deseos sexuales, se bajó del vehículo para subirse los pantalones, se incorporó de nuevo a la carretera con dirección a Hervás, donde sobre las 09.45 horas la abandonó en una zona deshabitada".

La joven, que sufre estrés desde que sufrió la agresión, tardó en curar 90 días.

Precisamente como indemnización a la víctima, por los daños físicos y morales causados, el fiscal solicitaba, en concepto de responsabilidad civil, el pago por parte del acusado de 20.000 euros, y ya ayer mismo la familia del agresor hizo un ingreso de 3.000 euros como parte de la cantidad total que se aseguró irán pagando poco a poco.