Llega agosto y la gente necesita desconectar. Le ha pasado a los empleados y a los sindicatos de Catelsa, también a la dirección. Todos aprovecharán el respiro del mes estival por excelencia para recargar pilas y retomar las conversaciones sobre el futuro laboral de sus 250 trabajadores.

Ayer, Bernabé García González, responsable de CGT, central mayoritaria de la industria cacereña, confirmó que ésta había presentado un segundo ERTE el pasado 8 de julio y que existía inquietud en la plantilla tras conocerse que a partir de enero podría haber despidos. De manera que la aceptación de un Expediente de Regulación de Empleo se torna más cerca de lo que inicialmente se pensó.

Desde el 1 de julio, patronal y sindicatos tratan de llegar a un acuerdo. García González asegura que la empresa, dedicada al caucho industrial, la automoción y las mezclas de caucho, plantea alargar este expediente de regulación de empleo hasta diciembre y no descarta que durante el mismo se apliquen despidos o bajas incentivadas.

García recordó que el primer ERTE afectó a toda la plantilla, de 250 trabajadores, y que culminó el día 30 de junio. Pero ahora la empresa quiere prorrogarlo y «deberá ser la autoridad laboral quien lo acepte o no».

Parón veraniego

Parón veraniegoEn el primer encuentro que celebraron «nos dijeron que la producción estaba mejorando porque el sector del automóvil está dando sus pasos. Sin embargo, la facturación va a bajar un 20% y se va a poner a los niveles de 2014, según las previsiones de la empresa, y eso implicaba despidos», apuntó García.

«Ahora no se puede hacer nada. No sabemos cómo va a acabar esto. A primeros de septiembre, que se incorpora la plantilla al completo, lo veremos», señaló el responsable sindical. «Lo que sí podemos decir es que trabajo, hay mucho, y que existe temor a los despidos, pero hasta la vuelta del verano los sindicatos no realizaremos movimientos».

El pasado 17 de julio fue el último encuentro entre ambas partes. Fue un acto de mediación, solicitado por el comité de empresa, pero terminó sin acuerdo. «La empresa continúa en su postura de rebajar plantilla», apostilló ese día el líder sindical. Entre las medidas de presión manejadas por las centrales están paros parciales, manifestaciones, concentraciones y reuniones con autoridades. Al menos CGT muestra su «oposición total» al ERTE porque en 2014 la facturación se situó en 27 millones de euros y no se redujo personal.