Los abandonos mantienen su ritmo. La perrera municipal, gestionada por la protectora, recogió el pasado año 500 ejemplares y vive una situación de continuo colapso con más de 70 animales en 22 boxes preparados para un máximo de 60 (hubo que matar a 134, viejos o enfermos, para dejar hueco). "Hoy mismo han entrado dos más", indicó el viernes la vicepresidenta, Isabel Alcalá. El maltrato también persiste: "Acabamos de recoger una hembra con el rabo amputado y hemorragia; otra murió abandonada con un tumor", explicó.