Santiago Iniesta tiene 52 años, es discapacitado y utiliza una silla eléctrica de ruedas para moverse por la ciudad. Llama la atención verle por las calles desplazándose con su Scooter, subiendo y bajando aceras y cruzando semáforos. Ayer, invitado por el concejal de Infraestructuras, Miguel López, quiso comprobar si la plaza del Duque, recientemente reformada, era accesible tras la afirmación del edil del PP, Joaquín Rumbo, de que la obra no había cumplido el reglamento de accesibilidad, además de tener escaleras por primera vez en 50 años.

Tras recorrer el perímetro de este espacio, Iniesta afirmó que la plaza del Duque cumple los requisitos para poder entrar en silla de ruedas, aunque matizó que falta por señalizar el bordillo del perímetro para avisar a las personas ciegas de que hay un desnivel. "Para una silla de ruedas no hay problemas. He venido desde Pintores sin ningún impedimento", dijo.

López, que acudió con Antonino Antequera, arquitecto del proyecto, se comprometió ayer a colocar las tiras, además de intentar la retirada de la cabina telefónica situada en medio de la acera. El edil negó que en la plaza se hayan levantado unas escaleras como aseguró Rumbo. "Para transitar por ella no hay que bajar ni subir escaleras. Los peldaños se han incorporado para que la gente se pueda sentar y están integrados en una zona estancial", subrayó López, indignado ayer al ver la plaza llena de vehículos fuera del horario de carga y descarga. "Quiero demostrar que esta obra es absolutamente accesible. Las afirmaciones de la oposición son falsas e incorrectas". Añadió que se reforzará la señalización e instalará un banco de piedra.

RECUPERACION López defendió la actuación municipal en este espacio del casco histórico por la recuperación que ha supuesto. "En 50 años la plaza del Duque ha sido una zona inútil, sin valor ninguno y un martirio para el mantenimiento". Afirmó que con el granito se ha logrado "una solución definitiva para los vehículos y los peatones. Ha ganado en belleza y como espacio estancial. Si logramos retirar los vehículos será un espacio para el disfrute de los cacereños", concluyó. Santiago Iniesta, subido a una silla de ruedas, lo pudo comprobar ayer sin dificultades.