La misión del Defensor del profesor creado por el sindicato Anpe será atender psicológicamente a los docentes, asociados o no, que en sus centros escolares sufran episodios de agresiones verbales o físicas, o presenten síntomas de estrés, ansiedad o depresión. También atenderá de forma gratuita todas las consultas que tengan que ver con el normal funcionamiento de la labor docente, así como la falta de apoyo por parte de los equipos de dirección de los centros ante conflictos que puedan surgir, o problemas con los padres de los alumnos. Los datos serán tratados con rigurosa confidencialidad y en caso de que sea necesario, un asesor de Anpe actuará como mediador. El Defensor del profesor, que en Cáceres será coordinado por Beatriz Berrocal, funciona en la Comunidad de Madrid desde el 2005 y en la provincia de Badajoz desde el 2006, habiendo recibido desde entonces 112 consultas, 40 de ellas durante el curso pasado. En toda España han sido ya 9.000 las llamadas registradas desde que se puso en marcha hace poco más de tres años. El presidente de Anpe Cáceres, José Francisco Venzalá, explica que durante el pasado curso el 14% de las bajas de los profesores en la provincia se debieron a causas psíquicas, informa Europa Press.Respecto al tipo de problemas con los que se enfrenta el profesorado, según las llamadas registradas el curso pasado en el sindicato, cabe destacar que el 72% de los que llamaron lo hicieron por problemas para dar clase causados por falta de interés por parte del alumnado, continuas interrupciones en las explicaciones de los contenidos, y faltas de respeto hacia los profesores en caso de llamarles la atención. El 8% de las consultas estaban relacionadas con problemas de acoso o amenazas, mientras que un 1% era debida a una agresión por parte de un alumno a un profesor. Además, el 15% tenía que ver con casos de acoso y amenazas de padres y familiares, y un 3,5% por falta de respaldo de la administración educativa al profesor. Además, según explica el presidente nacional de Anpe, Nicolás Fernández, han aumentado "de forma considerable" los problemas relacionados con el "mal uso de las nuevas tecnologías", ya que el 10% de los casos de acoso tiene que ver con grabaciones a través de los móviles, que son "fáciles de conseguir y de difundir". Este deterioro de la convivencia en las aulas ha venido provocado en los últimos años, según Fernández, por un "abandono de la responsabilidad educativa por parte de algunos padres", así como una "ausencia de normas educativas claras" con "una estructura obsoleta" sobre todo en la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) que es donde, según los datos que se manejan, "estas conductas se manifiestan con mayor virulencia", y en especial en 1 de la ESO, según las estadísticas más recientes. Desde el sindicato se aboga por recuperar la autoridad de los profesores y que se articulen medidas correctoras de las conductas contrarias a la convivencia que deben recibir "un reproche inmediato". Así, Fernández apuesta por la creación de Comisiones de disciplina en los centros para que los alumnos que deterioren la convivencia sean atendidos de forma individualizada dentro de un plan de rehabilitación de su conducta. Síndrome del quemadoPara solucionar las situaciones que se viven en las aulas y que están provocando el conocido como Síndrome del quemado en muchos profesores, el sindicato pide a la administración educativa que se ofrezca amparo legal a los docentes y que se cambie el modelo educativo diseñando una nueva estructura que garantice la eficacia educativa para los alumnos que no pueden, por su situación personal o social, capacidades o actitudes, ajustarse a la vía ordinaria. Además reivindican que los docentes reciban preparación para la resolución de conflictos y que se haga llegar a las familias, a través de las Consejerías de Educación, la normativa de derechos y deberes en materia educativa, así como que los colegios difundan entre los padres los reglamentos de régimen interno y se diseñen protocolos de actuación para cuando surjan estos conflictos de alteración de la convivencia.