En la ciudad de Cáceres faltan a clase de manera injustificada el 0,93% de los alumnos. No parecen muchos porque no llega a uno de cada cien. Sin embargo, ese dato esconde una realidad que hay que mirar con más detenimiento. Por un lado, porque refleja sólo los casos que han llegado al Instituto Municipal de Asuntos Sociales porque no han podido resolverse en los centros. Es decir, que la cifra inicial es algo mayor. Pero además, el problema está muy desigualmente repartido porque un centro, el Gabriel y Galán, acumula el grueso de las ausencias.

La concejala de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Cáceres, Marcelina Elviro, es consciente de todo ello y su departamento se ha propuesto acabar con el absentismo escolar en la ciudad. La concejala explica que "desde el instituto (el IMAS) se ha creado un protocolo de absentismo escolar para hacer frente a estos casos. Desde el 2004, año en que se aprobó el proyecto, hasta hoy, se ha notado una mejoría".

A grandes rasgos, el protocolo consiste en que cuando un niño falta a clase, el tutor se pone en contacto con los padres. Si no puede resolverlo, lo intenta el jefe de estudios. Si éste y el equipo de orientación psicopedagógica del centro tampoco tienen éxito, el caso pasa al Instituto Municipal de Asuntos Sociales, que estudia el caso, se pone en contacto con la Dirección General de Infancia y Familia y se valora la posible situación desamparo del niño. Cuando no se solventa la situación, se envía el caso a la Fiscalía.

UN GUETO Respecto a la situación del Colegio Gabriel y Galán, la concejala cree que hay una relación directa entre la situación del barrio y la del colegio. "Aldea Moret es un gueto porque está separado de Cáceres por barreras físicas. En su día, la Junta tenía un dinero presupuestado para unir la zona de Carrefour con Aldea Moret por el Cerro de los Pinos. Y Saponi, alcalde en aquellos momentos, no lo permitió. Porque unir la zona de Carrefour a Aldea Moret era hacer que los terrenos de la zona de Carrefour valieran menos dinero para las inversiones urbanísticas".

Además de esas circunstancias, Marcelino Elviro apunta también a la composición del alumnado: "muchos de los niños del Gabriel y Galán son de etnia gitana porque los demás niños del barrio se van a otros colegios. Y algunas de esas familias no dan importancia a la educación por falta de cultura. Además, muchos padres trabajan como temporeros y se van de la ciudad de marzo hasta noviembre".

ESTRATEGIAS Para atajar el problema se trabaja en varias direcciones: "Lo que queremos, en colaboración con la Junta --dice la concejala-- es fomentar que los niños de Aldea Moret vuelvan a ir al colegio en el Gabriel y Galán". También se actúa en el campo del control policial, con una brigada social de la Policía Local de Cáceres que trabaja con el IMAS para estos temas.

La jefa de la brigada es miembro de la comisión de absentismo escolar y participa en el tratamiento del problema. "Aunque quizás hagan falta más efectivos", puntualiza Elviro.

Aunque en opinión de la concejala el problema del absentismo se va corrigiendo, su análisis es "que la planficación de las ciudades que se ha llevado a cabo ha sido un error. Y eso influye mucho en que nos encontremos con situaciones como el absentismo. Queremos tener una ciudad lo más igual posible y queremos que los barrios sean unos sitios agradables para vivir".