El plan de restricción del tráfico en el casco viejo incorporará una novedad que también se aplicará a la parte antigua (ambos recintos quedarán unidos): sólo los residentes podrán aparcar en estas zonas. Ni los servicios de carga y descarga, ni ningún otro conductor que acceda al interior por alguna circunstancia, tendrán permiso para estacionar en las calles de circulación limitada, según el proyecto que baraja el ayuntamiento.

Pero hay más novedades. Los vecinos recibirán una tarjeta de aparcamiento y no podrán dejar su vehículo de forma arbitraria, sino que tendrán una zona designada para estacionarlo. No será una plaza fija de aparcamiento, pero sí un enclave (plaza, calle...).

Este y otros aspectos, como los puntos de entrada o la concesión de tarjetas (habrá dos: de acceso y de estacionamiento), serán debatidos por los vecinos de la zona en sus próximas reuniones para mostrar su acuerdo o presentar alegaciones durante la nueva reunión con el concejal de Tráfico, Santos Parra, que se celebrará el 10 de enero. Ese mismo mes está previsto iniciar los estudios para la concesión de las tarjetas a los residentes, un trámite que refleja la intención del ayuntamiento cacereño de acometer pronto la restricción de la zona. Sólo las calles Caleros y Tenerías dependerán de la conclusión de otro proyecto: el ensanche de Mira al Río.

La carga y descarga se realizará de 7.00 a 12.00, y a partir de esa hora tanto la parte antigua como el casco viejo se cerrarán al transporte.

El anuncio del cierre de la plaza Mayor causó este verano un serio revuelo entre vecinos y comerciantes, que crearon la plataforma ´El centro también es nuestro´. El plan fue ayer acogido con un talante inicialmente más abierto.