Soy un trabajador del Servicio de Conservación y Explotación de Carreteras y me gustaría decir un par de cosas a todas esas personas que se ponen al volante. El pasado jueves, día 7 de agosto, falleció un compañero --que además de ser compañero era mi cuñado-- cuando trabajaba en la autovía A-66. Y fue por la imprudencia que cometió un conductor (un camionero).

Para que nos identifiquen: somos esas personas que trabajan y conservan las carreteras; sí, esos que llevan los trajes de color fluorescente; esos que se juegan la vida día a día para mantener bien las carreteras; esos que no son respetados por los conductores; por esos conductores que les da igual ver una señal que limita la velocidad a 60 kilómetros por hora o una de prohibido adelantar, que no atienden a la señalización de balizamiento o a si hay personas trabajando en la carretera en ese momento.

Quiero decir algo a esos conductores. Basta ya de imprudencias al volante y más respeto a señales de obras y a los operarios de conservación de carreteras.

José Luis García, nunca te olvidaremos.