El personal se pregunta: "¡Quién coño ha puesto el cóctel molotov!". Ahí va una lista de sospechosos.

1.- Los políticos. Son los que más motivos tienen. Que si la noticia es falsa, que si el artículo es agresivo, que si la carta del lector es una ofensa. Ibarra no ha sido porque teniendo esa lengua, ¿para qué puñetas necesita cócteles? Saponi, tampoco, pues no es su estilo y menos ahora que necesita todos sus recursos para conseguir el escaño. De Acedo se sospecha que no lee el periódico. Celdrán hubiera sido más expeditivo. ¿Amigo? Hubiera utilizado el DOE. Floriano haría unas declaraciones a la competencia. Trujillo no atentaría contra quienes la llaman Superconsejera. Pero los políticos, si desean castigar a un medio de comunicación, retiran la publicidad institucional, ocultan información o llaman por teléfono para quejarse.

2.- Los trabajadores de El Periódico. Descartados, pues no está la profesión como para quemar medios.

3.- Los colaboradores. ¿Quién de ellos?: Yo no he sido, que además lo ha dicho Mediero. ¿Y Mediero? Hubiera utilizado las pistolas de Búfalo Bill. Guardiola está ocupado en vigilar las obras de la calle Cornudilla. Pepe, pendiente de que no se lo pongan a él. Regi, tan puesto en las últimas tecnologías, hubiera colocado un artefacto electrónico. Alonso no atentaría contra su ciudad. Sánchez Adalid estaba diciendo misa y Valverde componiendo odas. Murillo hace teatro, pero no provoca tragedias. Amarillo no ha podido ser porque sin escaño y sin periódico ¿qué sería de su vida? ¿Zacarías? Nada, su pluma es más letal que cualquier cóctel.

4.-Los lectores. ¡Pero si son realmente los que más estiman al Periódico!

O sea, que sólo quedas tú. Sí, tú que no sabes leer, tú que no quieres la libertad, tú que sustituyes la razón por la violencia. El que sobra.