La joven cacereña Paloma Candela tiene 28 años y es dentista en varias clínicas de su ciudad. Apenas cinco meses después de terminar sus estudios de Odontología encontró su hueco en Cáceres.

En 2008 se marchó a Salamanca para formarse como odontóloga y cinco años después, en el mes de mayo, volvió a la capital cacereña. Afirma que ese verano se lo tomó de vacaciones y que en septiembre comenzó a buscar trabajo, aunque no le dio tiempo a echar demasiados currículos. En octubre se dio de alta como autónoma y empezó a ejercer de dentista en una clínica del centro de Cáceres. La misma en la que ahora continúa trabajando. Dos años más tarde le surge la oportunidad de tratar a pacientes en otra clínica cacereña. Y desde 2016 acude a otra más en Torreorgaz. Por lo que ahora reparte su trabajo en tres centros odontológicos y «cada uno de ellos va llenando mi agenda».

Candela cuenta que se quedó porque tuvo mucha suerte y encontró trabajo en el momento adecuado. «Es un privilegio poder estar cerca de mi familia, mis amigos y mi chico». También se siente afortunada por trabajar y vivir en su ciudad. Lugar del que no tiene queja alguna, «me encanta Cáceres, es maravillosa». La mayor parte de su entorno se encuentra aquí a excepción de dos de sus hermanos y algunas amistades. Por otro lado considera necesario que la cultura se fomente para hacer más atractiva la vida de los jóvenes y que así se queden. Lo mismo opina de las oportunidades laborales, «sería esencial una ayuda».

Paloma añade de sus amigos que «algunos de los que se marcharon ahora están regresando para hacer su vida». Por el momento la joven se ve en Cáceres de aquí a 10 años. «Tendría que cambiar muchísimo mi situación laboral o la de mi pareja para irme».

A los jóvenes cacereños les anima a buscar oportunidades aquí pues «es una ciudad con calidad de vida y al final merece la pena». En cuanto a su sector apunta que «ahora mismo hay posibilidades de encontrar un buen trabajo aquí y en toda la región». Paloma quiere continuar su vida en la ciudad que le vio crecer disfrutando de los «suyos» y de lo que tanto le apasiona hacer cada día, su trabajo.